Habitual en las quinielas por el Premio Nobel de Literatura, que jamás se le llegó a dar, el escritor fue galardonado con el Príncipe de Asturias de las
Letras en 2007. También obtuvo, dos años antes, el Premio Goethe,
concedido principalmente a escritores en lengua alemana. Defensor de un estado palestino independiente, condenó repetidamente los asentamientos judíos y las operaciones militares
del ejército israelí en Gaza y Cisjordania. Quizá por eso se quedó sin Nobel.
Francisco R. Pastoriza
Conocí a Amos Oz (Jerusalén, 1939) en 2004 cuando lo entrevisté a
raíz de la publicación de su libro de memorias “Una historia de amor y
oscuridad”, unas memorias en forma de novela que rastrean los orígenes
de varias generaciones de la familia del escritor, que le inculcó su
pasión por los libros, en las que cuenta su vida en un kibutz
(“la versión moderna de una gran familia”, según su propia definición) y
terminan con el episodio de suicidio de su madre cuando era un
adolescente.

Después,
Amos Oz se fue del hogar familiar huyendo de un padre “burgués de
derechas” para ejercer en libertad sus ideas izquierdistas.
Esa
biografía es también, en buena medida, la historia del nacimiento del
Estado de Israel y de algunos de sus hitos, así como un recuento de la
diáspora del pueblo judío y del Holocausto.
“Una historia de amor y
oscuridad” es una de las mejores novelas autobiográficas, escrita
utilizando una minuciosa labor de reconstrucción de la memoria, cuya
lectura resulta instructiva y gratificante.
Aquella conversación
con Amos Oz y la novela de su vida me llevaron a interesarme por su obra
anterior y posterior, ensayos de literatura (“La historia comienza”) y
de política (“Israel, Palestina y la paz”), testimonios como “Voces de
Israel” y novelas como “La caja negra”, “No digas noche”, “Una pantera
en el sótano”, “Judas”…
una narrativa por la que fue galardonado en 2007 con el premio Príncipe
de Asturias de las Letras y por la que cada año se barajaba su nombre
como candidato al Premio Nobel de literatura.
Amos Oz se formó en
la Universidad hebrea de Jerusalén y cursó también algunos estudios en
la Universidad de Oxford. A pesar de que participó como soldado en la
Guerra de los Seis Días en 1967 y en la del Yom Kipur en los años
setenta, es conocida su postura pacifista, que puso en práctica con
otros intelectuales al fundar el movimiento Shalom Ajshav (Paz Ahora):
“Para mí, lo contrario de la guerra es la paz, no el amor, y si mi país
volviera a estar en grave peligro, volvería a combatir”, dijo al diario
“El País” durante una visita a España en 1989.
Aquella vez, en un
debate con Juan Benet sobre “El escritor, entre la literatura y la
ideología”, dijo que es una aberración hablar sobre “territorios
liberados” tras la Guerra de los Seis Días, porque los liberados son las
personas y no los territorios.
Su ideario político de izquierdas
le llevó a condenar los asentamientos judíos y las operaciones militares
del ejército israelí en Gaza y Cisjordania y a manifestarse por la
creación de un estado palestino independiente. Amos Oz fue profesor de
Literatura en la Universidad Ben Gurion de Beershiva.
DdA, XV/4.049
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