lunes, 22 de octubre de 2018

LA IMAGEN DEL REY, UTILIZADA EN UN ACTO EN HOMENAJE AL CORONEL YAGÜE


Folleto de la fundación presidida por la hija del general Yagüe.

Félix Población

Sería de suponer que la Jefatura de Estado, en la figura del rey Felipe VI, tendría que sentirse aludida y reaccionar como le corresponde a una institución de esta entidad en un Estado democrático: Se ha utilizado una imagen del monarca, con uniforme militar, en un acto de exaltación al militar golpista Juan Yagüe Blanco, en contra de lo establecido en la Ley de Memoria Histórica. 

El acto en cuestión, que tuvo lugar en San Leonardo (Soria), localidad natal del militar felón, fue organizado este fin de semana pasado por su hija, presidenta de la Fundación María Eugenia Yagüe, como "un homenaje a España, a la bandera y a las víctimas del terrorismo", en el que también colaboró la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona. Es de recordar que Juan Yagüe Blanco formó parte del cuerpo de la Legión durante la guerra del Rif y también, durante la sublevación de Asturias en 1934, tuvo el mando de las tropas africanas que fueron enviadas para reprimir a los obreros revolucionarios. Yague fue asimismo el jefe de una columna con efectivos del ejército de África que entró en Extremadura y dejó allí sangrienta memoria de su paso. 

Al tal coronel se le conoce como el carnicero de Badajoz, por la matanza que se le atribuye en esta ciudad durante la Guerra de España. Badajoz, ocupada por las tropas franquistas, fue escenario del fusilamiento de entre 2.000 y 4.000 personas en agosto de 1936. El periodista portugués del Diario de Lisboa Mário Neves fue uno de los primeros corresponsales extranjeros en entrar en la ciudad ocupada y describir aquellos hechos, de los que luego dejó constancia en su libro La matanza de Badajoz. Crónica de un testigo de uno de los epsiodios más trágicos de la Guerra Civil de España (Editora Regional de Extremadura, 1986).  Cuando Neves le preguntó al coronel Yagüe que se hablaba de que habían sido 2.000 los fusilamientos, este respondió que "no debían ser tantos". También le dijo que la campaña no sería larga porque "ellos corren mucho".

Neves pensó no volver nunca más a Badajoz y así se lo prometió solemnemente en su última crónica, totalmente cortada por la censura en su país, cuyo gobierno se decantó pronto por los militares golpistas españoles : Por muchos años que me mantenga en la vida periodística -escribió el enviado especial del diario lisboeta-, jamás se me presentará, realmente, acontecimiento tan impresionante  como el que ha traído a estas tierras ardientes de España y que ha logrado destemplar completamente mis nervios. No se trata de una extravagancia ridícula, de un sentimentalismo excesivo. Basta con tener una mediana formación moral y estar al margen de las pasiones enfrentadas para qe no se pueda presenciar fríamente las escenas horribles de esta tremenda guerra civil que amenaza con devorar a Españ, destruyendo para siempre el amor y sembrando odios bien profundos entre su población. No falta en esa crónica censurada, publicada luego por vez primera por Herbert Southworth en 1964  en Le Mythe de la Croisade de Franco, la opinión de un sacerdote ante el espectáculo de 300 cadáveres carbonizados: "Merecían esto. Además, es una medida de higiene indispensable...".

El periodista se ratificaría en lo escrito cuando fue invitado por la BBC y la Radiotelevisión portuguesa a visistar la ciudad en 1982: Los acontecimientos de Badajoz han sido los que más me han impresionado duramnte toda mi vida de periodista, de manera que me hubiera gustado olvidarlos para siempre. (...). Nos hemos encontrado en Badajoz a jóvenes que sabían que habían ocurrido aquí cosas terribles, que sus familias habían desaparecido, pero no sabían por qué. Aquí está vuestra televisión y aquí estoy yo para contar lo que ocurrió entonces. Este trágico recuerdo no puede ser borrado.

Con el periodista norteamericano John T. Whitaker, del New York Herald Tribune, que no estuvo en Badajoz pero sí acompañó y entrevistó a Yagüe, el coronel fue más explícito que con Neves. Este corresponsal dejó escrito: El coronel Yagüe, que mandaba las tropas de Franco en Badajoz, se reía al oir los desmentidos relativos a las matanzas. "Naturalmente que los hemos fusilado -me dijo-. ¿Qué se podría esperar? ¿Pensaban que me llevaría conmigo a 4.000 rojos, mientras mi columna avanzaba luchando contra reloj? ?Debería dejarlos en libertad a mis espaldas, permitiéndoles que hicieran nuevamente de Badajoz una ciudad roja?.

En una carta adjunta al folleto informativo convocando a los actos que se celebraron en la localidad natal del militar franquista, la hija de Yagüe califica a éste como "gran patriota" y justifica o camufla la celebración del evento en la reivindicación de unas ideas atemporales: "La Patria, sus símbolos y sus héroes", por lo que critica que, desde su punto de vista, en otros países la exhibición de los símbolos nacionales sea jaleada "por toda la población y por sus instituciones" y deja entrever que en España no es así. Después, a imitación de la iniciativa del Partido Popular promocionada por Casado bajo el lema España en tu balcón, invita a que se haga lo mismo -sin especificar si la constitucional o la franquista- desde el pasado 12 de octubre hasta el día 20. 

Juan Yagüe Blanco (1891-1952) llegaría a ser ministro del Aire con la dictadura, en concomitancia con la relación que mantuvo durante la Segunda Guerra Mundial con Hermann Göring, mariscal del Reich y comandante en jefe de la Luftwafe, la aviación nazi aliada de Franco que bombardeó diversas ciudades españoles durante la Guerra Civil, con gran número de víctimas mortales entre la población, con Guernica como símbolo imperecedero de esa barbarie.

¿Puede una imagen del Jefe del Estado de un país democrático ser utilizada para un evento celebrado en contra de la ley y en el que se hace apología de un militar franquista con el historial de Yagüe? Al parecer sí, porque hasta ahora no ha habido reacciones en sentido contrario que penalicen la utilización de la imagen del rey en un acto de enaltecimiento del llamado carnicero de Badajoz, cuarenta años después de aprobada la vigente Constitución y transcurridos once desde la aprobación de la más que tibia depreciada y despreciada Ley de Memoria Histórica.

Léase+@ Grabar en una cripta franquista es delito, pero rezarle a la dictadura, no.


DdA, XV/3989

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