Félix Población
Con el anterior
ministro de Educación y Cultura del Partido Popular ya se estudió muy a fondo la
triple conmemoración prevista para este mes de septiembre en Covadonga. Dada la
coincidencia entre el centenario de la coronación canónica de la Santina, la
declaración de Parque Nacional de los Picos de Europa y los mil trescientos años del Reino de
Asturias -¡mira qué casualidad!-, el evento del pasado día 8 tenía que ser una glorificación de la
monarquía vigente, restablecida por el caudillo Franco.
A tal fin deberían
colaborar los medios de comunicación del Principado de Asturias, ensalzando
hasta el límite de sus posibilidades la presencia de la familia real en aquel
lugar. Durante los actos que se celebraron en Covadonga se hicieron
referencias a la visita que en su día hizo Alfonso XIII, como si con esas
alusiones se pretendieran reafirmar los valores de la monarquía frente a la
anomalía histórica que supuso la segunda República, habiendo sido el bisabuelo
del actual Jefe del Estado un rey nefasto, conocido por el sobrenombre de El Africano
por ocurrir durante su reinado las sangrientas guerras coloniales sostenidas en África, además del desastre del 98 y la dictadura de Primo de Rivera.
En honor a ese monarca, formó
parte de los ritos conmemorativos del pasado día 8 la plantación de un árbol en
el llamado Jardín del Príncipe, en recuerdo al que plantó Alfonso XIII en 1918:
“Un gesto de recuerdo –leo en la prensa regional- a lo que fue un momento que
pasó a la historia y que dejará una imagen que ocupará un lugar privilegiado en
las hemerotecas”.
También se quiso que el Parque Nacional cuente a partir de
ahora con un lugar que, a semejanza del anterior, lleve el nombre de la Princesa
de Asturias, por lo que el alcalde de Cangas de Onís, muy servicial, dispuso que
se habilitase un mirador. Se supone que para tal proceder se exigen una serie de
requisitos, al tratarse de un Parque Nacional. Según me dice David. M. Rivas, es necesario que sea de estricta
necesidad, algo que me parece no se cumple en este caso. También debe contar con
una evaluación del impacto ambiental, y no la normal sino la estratégica. En un
ámbito de esas características no se mueve la teja de una cabaña sin el pertinente permiso.
Cree Rivas que el Mirador de la Princesa no es legal y, si no lo es, debería
ser derribado.
De momento, el Mirador de la Princesa ha servido para enmarcar a la familia real en un paisaje mítico de revival nacional-católico, mediáticamente ensalzado al estilo del viejo régimen.
DdA, XV/3949
2 comentarios:
Monarquía con miradores no, con luz y taquígrafos para preparar su despedida. Caguennnnn!!
Caerá, pero no se si lo veremos.
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