lunes, 6 de agosto de 2018

EL RIESGO DE LAS NOTICIAS RACISTAS REITERADAS Y MAGNIFICADAS


Félix Población

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha realizado un requerimiento a Atresmedia y Mediaset para que en sus programas tipo magacín y tertulias eviten la emisión de contenidos que puedan suponer incitación al odio, respeten el honor, la intimidad y la propia imagen de las personas y el deber de diligencia en la comprobación de la veracidad de la información de los contenidos que emiten, según lo que indica la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de Comunicación Audiovisual (LGCA).

Este requerimiento se produce a partir de la denuncia presentada por el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) mediante el cual se canalizaron unas quejas presentadas por un particular sobre el tratamiento informativo dado a un tercero inicialmente sospechoso, y posteriormente exculpado, en relación con la desaparición y asesinato de un menor en Almería el pasado mes de febrero. Las imágenes se emitieron en Antena 3, La Sexta y Telecinco. 

Es de hacer notar, en relación con ese requerimiento de la CNMC, la noticia con la que abría emisión el pasado sábado La sexta noche -ese programa show de debate a gritos- y que con otra de parecida factura y similar contenido se ha difundido hasta la saciedad días atrás en los telediarios y demás programas informativos y opinativos. De ese modo, dos anécdotas de carácter racista o xenófobo que tuvieron lugar en el metro de Madrid, fueron grabadas por móvil y no pasaron de una refriega verbal entre los viajeros, han parecido cobrar, con su reiteración y el carácter destacado que se les ha dado mediáticamente, posibilidad interpretativa de síntoma de una naciente intolerancia contra ciudadanos de otras etnias.

Dado que al mismo tiempo estamos asistiendo a una llegada continuada de inmigrantes a través del Mediterráneo -no superior a otras-, magnificada políticamente por algunos medios afines al partido de Pablo Casado, no me parece que repetir y destacar noticias aisladas en las que alguien aventa su odio contra el extranjero pobre sea lo más acertado, a no ser que se haga con una deplorable intencionalidad política. Antes bien, puede considerarse como estímulo para que el delito del odio se reproduzca casi miméticamente y siga pasando de los móviles a los noticiarios ante semejante dispensación mediática, con el riesgo de que el delito crezca de calibre.

En todo caso, tanto en una como en otra noticia salta a la vista la actitud solidaria de los viajeros en general en contra de que ese delito florezca, por más que se le riegue con tratamientos informativos de ese tenor.

DdA, XIV/3918

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