Lazarillo
La puesta en libertad bajo fianza de 6000 euros de los integrantes de La Manada ha destapado en algunos medios de información un afán pertinaz por saber de su recobrada vida cotidiana, de modo que todo vale con tal de acercarse y lograr unas palabras de cualquiera de estos individuos, a los que ya se les ve incluso como protagonistas de algún espacio especial en más de uno de los platós televisivos. Mucho me temo, como se siga insistiendo en hacer de La Manada un asunto mediático de interés, que informaciones como la que ayer pudimos leer en Eldiario.es puedan repetirse. En este caso se trata de cuatro hombres que se hacen llamar La nueva Manada, con un menor entre ellos. Estos individuos han sido detenidos por la Policía Nacional en la localidad grancanaria de San Bartolomé de Tirajana. Se les acusa de una presunta violación múltiple cometida en la persona de una menor de edad. Los hechos se produjeron -según el citado periódico- este pasado fin de semana en la zona turística de Gran Canaria y, según las primeras informaciones, fueron protagonizados presuntamente por los cuatro hombres detenidos. Esas informaciones apuntan a que la menor y presunta víctima de esta violación múltiple fue drogada y que la acción fue grabada a través de al menos uno de los teléfonos móviles de los presuntos autores.
Si queremos que delitos como el de La Manada originen como en Gran Canaría nuevas manadas, persigamos con micros y cámaras a sus protagonistas y hagamos de ellos materia de plató, tal como quizá lleguemos a ver. Si así fuera, ¿no sería obligado impedir que tanta mierda nos haga mierda?
DdA, XIV/3889
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