jueves, 3 de mayo de 2018

PROTOCOLARIO Y FRÍO NOMBRAMIENTO DE ÁNGEL GONZÁLEZ COMO HIJO PREDILECTO DE OVIEDO


Lazarillo

Se lo pensaron mucho en aquella  heroica ciudad, como si después de no haber homenajeado en vida al más sobresaliente poeta nacido en Oviedo, se pudieran permitir diez años de siesta desde su fallecimiento, para declararle -por fin ayer- hijo predilecto a título póstumo, gracias con toda seguridad al nuevo gobierno municipal, que hace tres años sustituyó al del Partido Popular en el Ayuntamiento de la capital asturiana. Ayer se le otorgó a Ángel González por unanimidad ese título honorífico durante la celebración del Pleno, que quiso reparar el error de esa larga siesta de desprecio a la cultura, y que, sin embargo, no lo hizo -a juicio de este Lazarillo- del modo que merecía el protagonista. Esto es, ningun edil pasó de leer un escueto currículo del poeta, vital y literario, extractado de Wikipedia, según leo en la información del diario El Comercio, el más fable para saber de la actualidad en Oviedo, pues la animadversión de La Nueva España hacia el tripartito (Somos Oviedo, PSOE e Izquierda Unida) es de un sectarismo propio del viejo régimen, fundador de ese rotativo. Es opinión de este Lazarillo, dada la entidad de la distinción -otorgada a quienes hayan destacado de forma extraordinaria por cualidades o méritos personales y gocen de consideración indiscutible en el concepto público-, que mi recordado y leído Ángel González se merecía algo más que tan protocolarios formalismos, de los que estuvo ausente su viuda, Susana Rivera.

DdA, XIV/3838

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