viernes, 18 de mayo de 2018

NETANYAHU BAILA EL POLLO DESPUÉS DE LA MASACRE


Félix Población

Mientras la portavoz del gobierno israelí justificaba la enésima masacre de palestinos en Gaza, respondiendo a un periodista irlandés que se recurría a la matanza porque no hay suficientes cárceles, la embajada de Israel en Bélgica se refería a los niños palestinos asesinados como terroristas, entre los que puede que esa señora incluya al bebé de once meses que murió asfixiado por los gases disparados por la milicia israelí.

Si a eso añadimos la exhibición que hizo el primer ministro israelí, en compañía de la cantante de su país que resultó ganadora en el Festival de Eurovisión, bailando ambos un supuesto baile del pollo, habrá que colegir que la desfachatez de aquel Estado está llegando a límites insultantes para la inteligencia, hasta el punto de temernos que todo lo que proceda de Israel pueda  herir a partir de ahora la sensibilidad del televidente hasta extremos verdaderamente insufribles. 

Miles de heridos y en torno a sesenta muertos ha sido el balance de la última cacería llevada a cabo por las tropas de seguridad de Israel en Gaza, con ocasión de las protestas convocadas a raíz de la intolerable ubicación de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén por disposición de quien puede provocar una Tercera Guerra Mundial. 

Al tal Binyamin  Netanyahu le ha resultado muy divertido conocer a la cantante Brazilai  y hacer el pollo públicamente, apenas unos días después de la sangre  derramada en Gaza por sus soldados, en un nuevo capítulo de sus masacres periódicas contra el pueblo palestino. Sigue contando para ello con la indiferencia de los Estados europeos, cuya preocupación (M. Rajoy) ante esas matanzas es la más repulsiva exhibición de cinismo que se puede dar en la política internacional, porque todos sabemos que donde se dice preocupación debería decirse impasibilidad.

DdA, XIV/3852

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