Lazarillo
De todos los sonetos al futbolista Andrés Iniesta, al que una gran mayoría de españoles considera el mejor jugador de la historia del fútbol en España -adornado además con cualidades humanas más que destacables entre los ídolos de este deporte, tan dados al engreimiento y la fatuidad-, me quedo con este del poeta Mario Cuenca Sandoval, autor de El don de la fiebre, Seix Barral, 2018. Los demás puede leerse en El Cuaderno, revista digital de cultura. Me permito esta puntualización: si Iniesta se presentara a unas elecciones como número 1 en las lista de un partido político, ese partido ganaría las elecciones, siempre que no fuera el Partido Popular, incompatible con el futbolista, además de insalvable hasta por quien sembró la vid entre tulipanes.
A Andrés Iniesta
Desmarcarse, ofrecerse, andar con ojo:
coloso en miniatura, Sancho altivo,
alado y terrenal blancor furtivo,
imprudente deidad, sensato arrojo.
coloso en miniatura, Sancho altivo,
alado y terrenal blancor furtivo,
imprudente deidad, sensato arrojo.
Vivir de la ocasión y su despojo.
Ladrón de flashes, soberano esquivo.
Levantar un retablo fugitivo
donde quepa un clamor blaugrana y rojo.
Ladrón de flashes, soberano esquivo.
Levantar un retablo fugitivo
donde quepa un clamor blaugrana y rojo.
Apedrear un muro de titanes.
Desgajar la naranja de un zarpazo.
Sembrar la vid entre los tulipanes.
Desgajar la naranja de un zarpazo.
Sembrar la vid entre los tulipanes.
Prender fuego a la vida en un chispazo.
Saber que el grito en un suspiro cabe.
Esto es un gol, quien lo probó lo sabe.
Saber que el grito en un suspiro cabe.
Esto es un gol, quien lo probó lo sabe.
DdA, XIV/3843
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