jueves, 26 de abril de 2018

SI SE OCULTA UN ROBO DE 40 EUROS, ¿QUÉ PUEDE OCURRIR CON OTROS DE MÁS VALOR?



Félix Población

Todo cuanto va saliendo, y más que saldrá, del caso Cifuentes, partió de una investigación periodística llevada a cabo por un joven diario que reveló el master fraudulento de la ya ex presidenta  de la comunidad de Madrid. Doña Cristina, siguiendo el ejemplo de su jefe, M. Rajoy, se negó a dimitir y hasta hizo gala de ello sin saber o a pesar de saber que en su propio partido se estaban afilando los cuchillos para lincharla políticamente.
Leemos hoy en El Periódico de Catalunya que contra Cifuentes había dosieres muy comprometidos, fruto del lodazal en el que el Partido Popular chapotea en la comunidad de Madrid y de las pugnas entre Ignacio González, doña Cristina e Ignacio Granados. Un ex policía avisó a la ex presidenta de que le ofrecían hasta 100.000 euros por dar a conocer determinadas cuestiones en las que el sexo, la cleptomanía y hasta el vudú desacreditarían a Cifuentes. Fueran ciertas o falsas esas informaciones, todas llegaron a circular por los medios de comunicación de Madrid desde hace tres años, hasta llegar a ser noticia ayer el robo de las cremas anti-arrugas en un hipermercado de Vallecas. 
Parece, por lo tanto, que la gran exclusiva de Okdiario, vendida ayer por su director en Al rojo vivo como periodismo comprometido en la lucha contra la corrupción, está muy lejos de emular el que llevó a cabo eldiario.es con el master trapacero de Cifuentes. Mientras el periódico de Inda se limitó a dar salida a una fuente que se mantenía ocluida por quienes disponían de esa información, gracias con toda seguridad a las buenas relaciones entre el medio y las cloacas del partido en el Gobierno, lo que eldiario.es llevó a cabo es genuino periodismo de investigación, capaz de hacer dimitir al protagonista en cualquier país que no sea el nuestro.
Hay que reconocer, sin embargo, que sin mediar la noticia de las cremas anti-edad por valor de cuarenta euros, la señora Cifuentes seguiría hartando al personal con su matraca de no irse, a imagen y semejanza de cuantos en su partido se han resistido y se resisten a dimitir. Resulta deplorablemente paradójico que en un país donde se han robado tantos millones de euros en corruptelas múltiples, doña Cristina haya dimitido por el vídeo de un robo propio de cleptómana y no por enfangar con su master fraudulento a toda una universidad pública.
El desenlace de su caso, y el proceso que ha seguido para desembocar en un final reconducido a través de la prensa afín por el propio partido al que pertenece Cifuentes, debería hacernos pensar en el pus de corrupción acumulado como infección grave en Génova. Si se ocultan durante siete años robos de apenas cuarenta euros, que luego se destapan con saña por intereses políticos, cabe pensar que mucho más será el celo en encubrir mayores y repartidos delitos como los que  se le imputan (980) al Partido Popular. 

PS. Ante el vídeo de Cifuentes siendo detenida por robar dos botecitos de crema antiarrugas para curtir su cara dura, dicen que dijo Rajoy "la quiero fuera antes de las doce de la mañana", y así lo hizo doña Cristina, un minuto antes. Podría pasar por el  tonto Mariano, pero se inclina más a miserable.

Léase@ Cristina Cifuentes: Indignidad, crueldad, desastre, por Lucía Méndez, El Mundo.

DdA, XIV/3831

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