Félix Población
Cada vez que
un medio de información de los que me interesan o suelo frecuentar ofrece una
noticia en exclusiva, me llega el oportuno avance de la misma a mi correo. Esto
se debe a que por algún tiempo fui socio de esa publicación.
Esta vez ha sido
el diario.es con el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid Cristina
Cifuentes y la obtención de su título de máster en Derecho Autonómico en la
Universidad Rey Juan Carlos por medio de unas notas falsificadas: "Tal y como
demostramos con documentación de la propia universidad pública madrileña –se nos
dice-, a la presidenta de la Comunidad de Madrid le cambiaron en 2014 de
"No presentado" a "Notable" las notas de 2011 de dos
asignaturas. El rastro en el registro informático muestra que el cambio se hizo
con el usuario de una funcionaria que no trabajaba en el servicio ni en el
campus en el que Cifuentes cursó el máster".
Según escribe el director de ese
medio, esa circunstancia en un currículum académico sería motivo de dimisión
inmediata en cualquier país de nuestro entorno, pero no me quiero referir hoy a
ese asunto, para el que basta con leer la correspondiente información en elcitado periódico, sino a la pugna por la exclusivas de corrupción que mantienen
desde hace años los medios de comunicación en España, algo que obviamente
responde al clima de corrupción generalizada que afecta al país.
Es más, esos
medios –ya sea eldiario, infolibre o cualquier otro- suelen añadir como coda a la
exclusiva un breve mensaje propagandístico en el que se nos insta a suscribirse
como socios de la publicación a fin de apoyar un periodismo que hace posible
informaciones como la recibida. En lo que quizá no han reparado los gestores de esos medios es en hastío crecuiente del respetable ante una corrupción que generalmente queda impune o unas incidencias tan deplorables como las del currículum universitario de Cifuentes, insuficientes para que a esta señora se le caiga la cara de vergüenza y dimita.
Algo así ocurre con los programas matinales de debate político en los platós televisivos de La Sexta y Cuatro, con sus respectivos presentadores tratando de enfatizar con denuedo la repetitiva gravedad de la última noticia sobre el carrusel de corruptelas que soporta el país. ¿En qué momento la indignación que esto debería provocar se convierte en indiferencia ante la impunidad de que gozan los corruptos? ¿No estamos ya muy cerca?
Me cuento entre los ciudadanos aspirantes a otras exclusivas -en ciencia, investigación, avances sociales, culturales o educativos, etc-, asqueado y hasta el gorro de que en este país la información que vende sea la de ventilar esa y otras lacras como las que un día hicieron tan popular al semanario El Caso (léase Carroñeros). Últimamente también corre mucha sangre por todos los telediarios.
El Salto
La número uno de Ciudadanos en las elecciones municipales de 2015,
Begoña Villacís, aparece en el registro mercantil como administradora
solidaria de la empresa Iuriscontencia S.L. La empresa pertenece a su
esposo, Antonio Suárez-Valdés, quien presentó ayer la querella contra
Rommy Arce, Juan Carlos Monedero y Malick Gueye por supuestos delitos de incitación al odio.
DdA, XIV/3799
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