Félix Población
Ayer he
visto un fragmento del discurso o así del presidente de Tabarnia y lo he pasado
mal, ya ven, y no porque esté a favor o en contra de ese invento montado en
Cataluña como réplica a la desmesura nacionalista de los últimos meses, sino
porque mucho me temo que se me ha derrumbado para siempre la imagen de aquel
jovencito al que conocí haciendo El joc,
hace muchos años, con su compañía Els Joglars, de incuestionable y valiosa
memoria en la historia del teatro español del último medio siglo.
Creo que
Albert Boadella, de cuya inteligencia y conocimiento teatrales no tengo duda
alguna, y al que tuve el gusto de entrevistar en varias ocasiones, empezó a
derrapar en su cumplida y enjundiosa carrera cuando hizo de su despecho por no
haber sido director del Teatro Nacional de Catalunya una cuestión de honor y
acabó dirigiendo en Madrid los Teatros del Canal, bajo el gobierno de la caduca
lideresa Aguirre, tan cercada de corruptelas en su entorno.
Para los espectadores de teatro
siempre serán inolvidables las sátiras de Boadella contra el exhonorable Pujol,
tan adelantadas al tiempo en que se descubrió que ese sujeto y su familia –la madre
superiora y algunos de los suyos- , hicieron de la política un constante
ejercicio de codicia con resultado de lucro y chantaje a los gobiernos centrales, pero la distancia entre aquel
Boadella y el que se rebajó a trabajar para doña Esperanza sin permitirse una
sola crítica a su gestión y a la de sus más allegados colaboradores, implicados
y encarcelados por similar entendimiento de sus cargos públicos, acaba de resumirse en esta pobre, plana y
desgraciada –por falta de gracia- actuación como presidente de Tabarnia.
Es esto, de veras, lo que más lamento: que uno de nuestros hombres de teatro más inteligentes y, posiblemente, el más capacitado para montar en escena el gran espectáculo esperpéntico no sólo del nacionalismo catalán sino de la España política que sufrimos, aquí y allá, se haya limitado a un sketsch de tan poca alcance, glosado con ditirámbica algarabía por los medios afines al Partido Popular y/o Ciudadanos.
La gota de Goti del Sol
Propongo a los catalanes que estén hartos de tanto ruido que, en vista de estas disgregaciones territoriales que se propugnan, proclamen la República Contratabarra para contrarrestrar a todo esta tropa de abanderados de diverso signo.
La gota de Goti del Sol
Propongo a los catalanes que estén hartos de tanto ruido que, en vista de estas disgregaciones territoriales que se propugnan, proclamen la República Contratabarra para contrarrestrar a todo esta tropa de abanderados de diverso signo.
DdA, XIV/3748
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