miércoles, 31 de enero de 2018

LOS MOSSOS APLICAN EL ESTADO DE EXCEPCIÓN


Félix Población

Yo no se si la vida pública española, a base de reincidir con la crónica de la realidad en el esperpento, va a lograr finalmente que aflore en el panorama literario del porvenir alguien con el suficiente genio como para parodiar en su medida el espectáculo al que venimos asistiendo desde hace años y especialmente en los últimos meses con el asunto catalán.

Estamos necesitando con suma urgencia ponernos a reír a mandíbula batiente y con sentido crítico de lo que en todo este tiempo nos está provocando cierta desazón interior. Es lo que ha venido dando de sí el llamado Procès por parte de los dos nacionalismos en pugna, el catalán y el español, el que sustentaron los gobiernos de la Generalitat con Puigdemont y La Mocloa con don Mariano Obviedades y Gazapos.

Con el último capítulo de Carles Puigdemont, confortablemente exiliado en Bélgica y amagando que si venía o no venía, que si podría ser honorable telemático u honorable entre rejas, que si viajaba en maletero o en globo, tengo la sensación de que el seny catalán habrá tomado buena nota y hará su ajuste de cuentas, en detrimento del movimiento secesionista. 

Pediría lo mismo al seny español ante la imagen auténticamente bochornosa del registro del taxi en donde viajaba el líder de Catalunya en Comú-Podem -por ver si el exhonrable viajaba de polizón-, pero me temo que en apoyo de semejante escena -propia de un estado de excepción- es imposible encontrar seny en la rancia derecha española, a la que el desquiciado unilateralismo independentista catalán ha espoleado hasta llevarla a una rauxa (furia) propia del viejo régimen y sumamente peligrosa.

¿Cómo continuará todo esto? Aconsejo a los interesados prestarle el distanciamiento preciso y todo el sentido crítico de que seamos capaces para que las banderas no nos nublen el sentido común, allí y aquí. Porque todo esto que está pasando parece que ocurre bajo un nublao totalmente desaconsejable que puede dejarnos muy calados.

DdA, XIV/3760

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