Llevamos
más de dos años con la mordaza puesta. Una ley represiva y
anti-democrática que el Congreso de los diputados acordó derogar pero
que nuestra carpetovetónica derecha, integrada por PP y Ciudadanos,
intenta preservar contra viento y marea.
También contra la opinión de la ONU que exigió a España que: "adopte
todas las medidas necesarias para garantizar, en la legislación
nacional, el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades
públicas de conformidad con los estándares internacionales”.
El
derecho a manifestarse pacíficamente y expresar opiniones, les recuerda
Naciones Unidas, es imprescindible para el sostenimiento de una
sociedad democrática. Pero a palabras inconvenientes, oídos necios.
Porque sordos, Rajoy y Rivera, no son. Pero eso de la democracia no
acaba de entusiasmarles. Solo la usan.
A los peperos ya se les conocía el talante identitario pero los naranjitos, la new age
de los fachillas, son más camaleónicos. Juegan al despiste ideológico.
Aunque el objetivo de ambos es el mismo. Mantenernos amordazados
mientras ellos hacen sus chanchullos.
En boca cerrada no
entran multas. Así que chitón. La mordaza se queda bien apretadica. Y ya
podemos dar gracias de que no nos coloquen un bozal estilo silencio de
los corderos. Sobre todo teniendo en cuenta la respuesta de una diputada
de ciudadanos al ser preguntada sobre feminismo: " Yo busco la
igualdad de las personas reales: mujeres, hombres y seres. Por ello
presentaremos el proyecto de ley para que los perros sean personas."
¡GUAU! , que diría mi perrita. Aunque inmediatamente, la diputada
aclaró que no se considera animalista ya que no le gustan las etiquetas.
Entonces, quizás podamos hacer otra lectura de sus palabras y lo que
pretende es que las personas podamos ser tratadas como perros. ¡Vaya
usted a saber!
Será eso lo que insinúa también Celia
Villalobos cuando despotrica porque los jubilados viven demasiado. ¿Nos
sacrificaran en una perrera cuando seamos una carga para el estado?
Porque verá, doña Celia, yo no me veo fregando suelos hasta los ochenta
años. A lo mejor, sentadita en un escaño jugando con la
tablet se hace más llevadero. Ya me perdonará no ser tan patriota como
su señoría.
Pues sí. La derecha sigue llevando el timón de la
nave y al que se revuelve se le tira por la borda. Coincido con el
pepero Hernando en que Iker Giménez podía ser el presidente, no de
Cataluña como sugería él, si no de esta unidad de destino en lo
universal que es nuestra querida España. ¿Qué puede ser mejor que la
nave del misterio para surcar el insondable universo? Quizás algún
espiritista se dejó un canal abierto por el que se nos cuelan a diario
los fantasmas del franquismo. Puede que un exorcismo nos sacara del
encantamiento. Ese que nos mantiene a los trabajadores atados como
perros a un sistema laboral cada vez más esclavista, con los bozales
puestos y moviendo estúpidamente el rabo. La derecha sube en intención
de voto. Ahí está el misterio.
DdA, XIV/3749
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