martes, 14 de noviembre de 2017

PARA AUTE, CON UN RAMO DE VIENTO

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Lazarillo

A través del escritor Fernando Marías me llega esta fotografía de Belén Bermejo. No caben más palabras que las que el libro contiene para explicar lo que siento por su autor. Y el libro contiene nada menos que Toda la poesía escrita por esas manos. Son las de Luis Eduardo Aute, que puso voz a tanta vida como la que vivimos con sus versos en muchos de los pasajes más íntimos y puede que más hondos de nuestra vida. Solo nos cabe estrecharlas y agradecerle el corazón con que laten. No hay mayor gratitud que la del abrazo a la razón y emoción que esas manos abrazan. Vaya consigo también el de mis manos a tus manos, querido Luis Eduardo, y el de mi corazón al tuyo, con el que tanto quiso, con un ramo de viento:  

Aún es tiempo para decirte
ahora que aún no duele la herida,
que te quiero sin que me exijas
ser el cerco de tu sombra
que te sigue y te limita.

No pretendas hacerme tuyo,
que no sirvo para cautivo.
Solamente sé de un camino
para atarme a tu paisaje
y es el que va haciendo el río.

Quiéreme así
y no esperes más que el recuerdo,
mi pobre recuerdo
y un ramo de viento.

Aunque pienses que te utilizo,
lo hago como respiro el aire,
no sé como puedo explicarte
que tu vida es sólo tuya
y que yo no soy de nadie.

Si supieras que entre tus brazos
me encadeno apaciblemente
y es entonces cuando se enciende
la tristeza más terrible
que es la urgencia de perderte.

 DdA, XIV/3690

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