domingo, 26 de noviembre de 2017

LES BABAYADES DE RUFIÁN Y LA PELI DE BERLANGA DE PUIGDEMONT

 Puigdemont contaba con que lo de la independencia iba a tener un final de película de arte y ensayo con música de Lluis Llach, y resulta que lo acaecido hasta la fecha encaja mucho más en una de Azcona y Berlanga.
 
Jaime Poncela

Si Gabriel Rufián fuera de Pumarín o de Bimenes (pongo por caso y sin ánimo de ofender a los naturales de esos lugares) sería simplemente lo que aquí consideramos un babayu. Sin más. Un babayu, un tenor de chigre, un rapaz que se cree la quintaesencia de la oratoria aguda y desestabilizadora del sistema por lanzar un poco de sal gorda en el Parlamento para que Rajoy y cualquiera le contesten a vuelta de memez sin despeinarse. Contestando a Rufián Rajoy parece Winston Churchill, oiga. Pero como Rufián es catalán y republicano es obligatorio flipar todo el tiempo con sus diatribas del nivel de los festivales escolares de fin de curso en los que está permitido a los alumnos imitar a los curas y los profesores porque las notas ya están puestas, y que que nos quiten lo bailao.
Lo que pasa es que como las redes sociales tienen que estar todo el día incendiándose por algo, o llenas de “zascas” y otros neologismos sin sentido para que el circo no decaiga, Rufián ha pasado de ser un babayu de poca monta a ser un Castelar o un Demóstenes que incendia la cosa de las redes tanto como Reverte, para las rotativas y sale en los titulares de periódicos que antes iban de serios y ahora no tienen ni media hostia informativa. Y es que ya cansa mucho lo del babayu de Rufián, lo del meapilas trabucaire de Junqueras, lo de la rabanera de Forcadell devenida ahora en hija del 155, y lo del ridículo de Puigdemont-Tintín que sigue como de viaje de estudios en Bruselas mandando fotos por las redes a sus primos los confiteros de Gerona para que sepan que está bien, se abriga y tal, e insultando muy subido a este estado franquista que le convoca unas elecciones al señorito para que siga viviendo del momio independentista. Y este Mariano Rajoy que continúa sin llenar las Ramblas de cadáveres catalanes para mayor gloria de estos mártires del espetec y revolucionarios de papá.
-Puigdemont va a ser candidato en diferido.
-Como las indemnizaciones de Bárcenas.
Todo es ridículo y ya dijo Tarradellas (no el del espetec, sino el de ‘ja soc aquí’) que en política se puede hacer de todo menos el ridículo. No dijo nada de robar el 3%, pero se le supone como el valor en la mili y la certeza de que el tercer polvo no hay quien lo eche. Todo es ridículo y grotesco. Desde la declaración de independencia que nunca existió, el referéndum que nunca fue y la fuga de los consellers en coche a Perpignan para ver una de tetas y culos antes de irse a pasar frío a Bruselas. Sólo faltaba que se hubieran fugado en un Mercedes Benz de los que usaban los toreros y los marqueses de Leguineche, los de la “Escopeta nacional” con López Vázquez escayolado para esconder las joyas de la familia.
Puigdemont contaba con que lo de la independencia iba a tener un final de película de arte y ensayo con música del pelmazo de Lluis Llach, y resulta que lo acaecido hasta la fecha encaja mucho más en una de Azcona y Berlanga o, aún mejor, en una de Torrente, que todo llegará.

Artículos de Saldo - DdA, XIV/3702

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