Félix Población
Junto a las Conversaciones
con Hitler, de Hermann Rauschning, este libro de Fritz Thyssen (1873-1951),
escrito en colaboración con el periodista húngaro Emery Reves, es quizá uno de
los testimonios más valiosos y controvertidos sobre el dictador nazi y la Alemania que creció bajo su mando todopoderoso.
De ser el principal sostenedor de Hitler, Tyssen pasó a ser un radical
adversario de su política, hasta el punto de ver sus propiedades confiscadas
y buscar refugio con su familia en Suiza.
Estas memorias fueron redactadas en París en 1940 y se atienen a las editadas por primera vez en Estados Unidos y Chile un año después, en este último
caso con el apéndice que la escritora Victoria Ocampo dio a conocer en su
editorial Sur sobre las relaciones entre el gran empresario y Adolf Hitler. Tal como
señala Juan Bonilla en la introducción, Tyhssen no reconoció nunca la autenticidad
de las revelaciones que se hacen en este libro, muchas de las cuales hacen
hincapié en la evidencia del alimento suministrado al monstruo por uno de sus principales protectores
durante los primeros años de su veloz y debocado desarrollo.
La animadversión o repudio de Fritz Tyhssen hacia el nazismo arrancó algo antes de la invasión
de Polonia, con la protesta del empresario ante la llamada Noche de los cristales
rotos en 1938 y el asesinato primero de algunos dirigentes del Partido
Conservador, al que Tyhssen estuvo afiliado hasta 1932. El libro está dividido
en cuatro apartados, a partir del que titula Mi ruptura con la Alemania de
Hitler y se inicia con la huida del memorialista de su país. Pasa después a
analizar retrospectivamente el camino de su nación hacia el Tercer Reich, con el
primer encuentro de Tyhssen con Hitler y un resumen de sus relaciones
personales y financieras con el partido nazi. Es especialmente interesante el
capítulo en que analiza el camino de ese partido hacia el poder, a modo de ilustración siempre recordable, y más cuando ideaologías similares renacen y se refuerzan en la actualidad en el viejo continente.
En el tercer apartado se refiere a las experiencias del
potentado empresario con Hitler y su régimen, con una crítica muy dura de la economía nazi, de la campaña antijudía y los campos de concentración. En el capítulo dedicado a
La cuestión católica, Tyhssen reconoce que la rebelión de su conciencia de
católico contribuyó de modo decisivo en su hostilidad hacia el
nacionalsocialismo, una hostilidad que –según sus palabras- nunca ocultó.
Finalmente, en el cuarto apartado, y bajo el epígrafe
Alemania y el futuro del mundo, el autor expone los fraudes financieros de los
nazis y el lugar de las dos Alemania en una Europa unida, en donde afirma que
la responsabilidad de esa guerra total que ha asaltado los valores humanos y
cristianos de la civilización occidental, recae sobre los líderes nazis, pues
ellos se han jugado el futuro la nación a una sola carta y su imposición en el
dominio de la conciencia individual se halla en completa contradicción con el
espíritu alemán y la tradición histórica alemana, pues hasta en la Prusia del
siglo XVIII Federico el Grande solía repetir a modo de máxima: Jeder soll nach seiner Fasson selig
den (Cada hombre, su propio cielo). Lo que hay que hacer hoy –leemos al término
de las memorias- es apartar todos los obstáculos que dificulten la futura
formación de los Estados Unidos de Europa.
*Yo pagué a Hitler, Fritz Thyssen. Editorial Renacimiento, 2017. 303 pags.
DdA, XIV/3683
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