Ana Cuevas
En esta tierra se dice: "Cuando un
tonto coge una linde, la linde se acaba y el tonto sigue". Si a la
particularidad de no ser unos portentos sumamos la irresponsabilidad y
el desprecio por la paz social, tenemos la fórmula perfecta para que los
acontecimientos sobre Catalunya tomen cada vez peor cariz. Tanto el
gobierno español como el govern catalán parecen dispuestos a emprender
una huida hacia adelante arrasando con todo lo que pillen por en medio
y quemando los puentes a su paso. Pase lo que pase ya no hay punto de
retorno a la normalidad. Ya se ha sembrado la cizaña. Y yo, que soy una
ignorante de las cosas de la vida, no entiendo que exista bandera
,emblema o relicario por el que merezca la pena partirse la cara con
otro muerto de hambre como servidora.
Entonces me he acordado
del poeta Max Estrella (Luces de Bohemia) conversando con don Latino de
Hispalis después de reflejarse en los espejos cóncavos y convexos del
callejón del Gato: " El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada"
Lo
grotesco se mezcla con lo que se pretende heroico y la realidad se
altera y se retuerce hasta dolernos los ojos. O esa es la sensación que
tengo ahora mismo. La de asistir a una representación burlesca donde, se
intuye, no puede haber final feliz. Pero no son solo Rajoy y Puigdemont
los que nos muestran sus vergonzantes posverdades sometidas a un
delirante photoshop. Ciudadanos y PSOE amenizan ese lejano coro de las
sombras que, aunque chirríen y entonen cada uno por su cuenta, acaban
cantando la misma y siniestra canción del número 155. Son muchos los que
piden su aplicación. Incluso en los debates que se montan en
las tabernas, aunque el demandante no tenga repajolera idea de lo que
implica. Y lo único que sepa de la Constitución es que hay personas que
son de constitución fuerte y otros más delgada. Lo piden los tertulianos
de los debates surrea-políticos.. Lo pide Belén Esteban, mujer cabal y
ponderada donde la halla. Lo pide, a su manera monárquica, el ciudadano
Felipe de Borbón y dos Sicilias. ¡Lástima que no sea tan vehemente en el
cumplimiento de la legalidad en lo referente a su familia!
Es
verdad que Puigdemont y Junqueras han conseguido manipular
emocionalmente el sentimiento nacionalista del pueblo para obtener
rédito político a costa de poner a los catalanes al borde del abismo.
Pero la aplicación del 155, lejos de restablecer el orden y la
convivencia en Catalunya, va a crear un sentimiento de profunda
humillación nacional. ¿Y qué se recoge si en vez de vientos se siembran
tempestades? Un huracán del que alguno que otro sacará partido. ¿A que
apenas se comenta nada de la Gürtel pese a la determinante conclusión de
la fiscalía? ¿Y del 3X100? ¿O de esos bancos donde políticos
nacionalistas, españoles y catalanes, guardaban sus comisiones y el
fruto de sus marranadillas hermanados bajo la única bandera que les
produce de verdad mariposas en el estómago, la de Suiza?
Pero
como en todo huracán, las peores consecuencias las sufrirá el populacho.
Ellos, los de Mariano y Carles, juegan en otra división. Son camaleones
que se enfundan el traje de héroes con el mismo virtuosismo que se
vestirían de flamencas si con eso pillan poder para seguir con sus
cosas. Es una humillación doble la que se está infringiendo a los
hermanos catalanes y no saldrá gratis. Bocachanclas y alparceros
de ambos lados del Ebro se encargan de envenenar el ambiente apelando a
un patrioterismo inducido por unos particulares. "Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas"- decía el poeta ciego. Y espejos deformantes e iluminados absurdos, no nos faltan.
Puede
que yo esté impregnada del inevitable fatalismo que fluye en nuestros
genes. Pero a mis ojos, ni Rajoy ni Puigdemont encajan en el perfil de
héroes. Será que no les miro a ellos sino al reflejo que me devuelve el
espejo..
¿Y qué quieren que les diga? A mí me parecen una
caricatura grotesca. Más bien unos anti-héroes que perrean y perrean
moviendo lascivamente la bandera que cada uno luce en el paquete del
tanga que calzan por encima de las mallas. ¿A qué acojona la imagen?
En
todo caso, si la cosa se pone fea, los del Govern pueden trasladarse a
un exilio dorado que les ha ofrecido la república de Osetia del sur.
Hace frío y tal pero es mejor que quedarse a ver el desastre que
han dejado atrás. Rajoy, en cambio, seguirá eternamente en la Moncloa.
Con toda la parafernalia del presunto secesionismo la caja B, Bárcenas y
esos otros "hilillos shueltos" de corrupción que entierran al Partido
Popular en un pestilente muladar se han barrido convenientemente bajo
una, grande y, (permitan que me desovarie), libre bandera patria.
Recuerden
que en breves días debemos cambiar la hora de los relojes.
Misteriosamente, parece que también vamos a cambiar de década. El
ministerio del tiempo ha obrado un truco para trasladarnos a los sesenta
de un plumazo. Seguro que a muchas y muchos lo que verdaderamente les
preocupa es que se ponga de moda otra vez el pantalón de campana. A
otros nos da por tener pesadillas en las que un señor bajito, con bigote
y el culo gordo levanta una losa en el Valle de los Caídos y se va a
dar un paseo.
Por si acaso, voy a ir escribiendo a la embajada de Osetia. A preguntar si pueden hacer un poco más de sitio.
DdA, XIV/3671
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