Félix Maraña
Los políticos, todos los políticos, viven en las televisiones, donde
pasan las 24 horas. No saben, ni nadie les hace saber, que nosotros, los
ciudadanos de este país, somos quienes pagamos su sueldo, porque,
aunque no lo puedan asumir, los ciudadanos somos los empresarios y ellos
son nuestros trabajadores. Les pagamos para que resuelvan
políticamente, es decir, con ideas, imaginación, palabra y concordia,
nuestros problemas, por lo que sería muy conveniente que se encerraran
en los Parlamentos, en los dos, para resolver este gran problema, y no
estar todo el día saliendo en las televisiones, intentado decir que la
culpa es siempre del otro, de el de al lado. Pues si la culpa es de los
demás, según ustedes, la responsabilidad es de ustedes, de todos. Así es
que vayan a su centro de trabajo, y trabajen, porque, de lo contrario,
deberían pagarles el sueldo a ustedes, señores diputados, los dueños de
las televisiones, porque ustedes les llenan gratis eso que se llama la
parrilla, que es una de tantas aberraciones del lenguaje. Yo asocio la
parrilla con la barbacoa. Y para que esto lo podamos celebrar con
barbacoas y no con puñetazos, vayan al Parlamento todos, y no salgan
hasta que pongan concordia en el país. Lo dije en su día, más poesía y
menos policía –por cierto, viviendo en condiciones infrahumanas, pero
eso es mérito del ministro del Interior–, porque eso rebela que los
políticos, nuestros empleados, renuncian a la política. Hoy hace sol
aquí, pero no es mérito suyo.
DdA, XIV/3666
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