miércoles, 13 de septiembre de 2017

LOS PROLETARIOS DEL ARTE, HAMBRIENTOS DE VIDA Y ESPERANZA

Félix Población

Este verano he tenido la oportunidad de leer a fondo un libro magnífico sobre un asunto que me interesa desde que hace tiempo empezara a investigar en los periódicos y revistas de los primeros decenios del siglo pasado. La obra, a su vez, viene a ser un compendio ampliado y corregido, por parte del autor, de los trabajos que acerca del mismo ha venido realizando y publicando también desde hace décadas. Se trata del Diccionario de la bohemia:de Bécquer a Max Estrella (1854-1920), de José Esteban, publicado por la editorial Renacimiento.

Todo un acierto, para dar título a la obra, emplear dos de los nombres que pueden resultar más conocidos para incluir un amplia nómina de autores comprendidos entre esos años. Aunque el diccionario no se limita únicamente a dar una serie de sinopsis biográficas de escritores en su mayoría poco o nada conocidos hoy en día, cuyos libros de mayor o menor entidad fueron devoradas por el olvido. También se incluyen  los cafés, las pensiones y tugurios donde se albergaron, los editores que les prestaron apoyo, las cabeceres de los periódicos y revistas donde escribieron, los títulos y contenido de las obras que firmaron, etc. 

Leopoldo Alas "Clarín" llamó a los bohemios melenudos y Pío Baroja los tildó de holgazanes, pero Ramón del Valle-Inclán tuvo para ellos una mirada mucho más comprensiva y una estima más generosa, de la que dejó constancia en su maravilloso esperpento Luces de Bohemia con el que Esteban considera más grande epitafio literario para uno de los más caracterizados integrantes de esas luces, Alejandro Sawa: el personaje de Max Estrella. Fueron importantes para historiar este movimiento literario, social y político las contribuciones de Ramón Gómez de la Serna y Manuel Machado, pero sobre todo las de Eduardo Zamacois, forjador de El Cuento Semanal y memorialista de sumo interés, y la de Rafel Cansino-Asséns, autor de los tres tomos de La novela de un literato, una obra imprescindible y un tanto olvidada en la que se nos dio la primera y más exhaustiva noticia de quienes parecían condenados a ser borrados de la escena literaria.

Es de agradecer a José Esteban este renovado rescate de esa tribu de hampones, de hambrientos de vida y esperanza, navegantes de la Puerta del Sol (...), proletarios del arte que quisieron cambiar el arte y la vida, y fueron conscientes de su condición de artistas abandonados a su suerte, que condenaron el capitalismo sin alma y el mal gusto burgués, como antecesores de los modernos y actuales desarrapados; que entregaron su vida al arte, sin tener en cuenta sus graves consecuencias. Este diccionario viene a ser un nuevo acta de la existencia de una literatura sumergida en el tiempo y a la que acabó por sepultar  la Guerra Civil y la dictadura, de las que algunos de estos autores fueron víctimas. Se trata, en no pocos casos, de una literatura de una riqueza y vitalidad sorprendentes, tal como advirtió en su día mi admirado profesor Zamora Vicente, quien hace muchos años reclamó una urgente revisión de algunos de esos escritores de principios del pasado siglo. 

El campo de investigación y edición queda abierto para esa literatura sin catalogar que podría depararnos interesantes sorpresas. Algún adelanto se ha dado ya con la publicación en la Biblioteca de Rescate de esta editorial, dirigida por el propio José Esteban.

Diccionario de la bohemia.
De Bécquer a Max Extrella (1854-1920)
José Esteban
Ed. Renacimiento, 2017
622 pags. 

DdA, XIV/3633

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