Aquella Constitución
que ha llegado hasta hoy fue precocinada con engaños y presiones cuarteleras en
la sombra, justo para que los sempiternos dominadores de este país tuvieran las
mejores condiciones para seguir siéndolo.
Jaime Richart
Fijaos si son
necios, además de prepotentes y ladrones, los que nos gobiernan y los jueces
cómplices, que antes de declarar la
indepedencia y sin haberse celebrado siquiera la consulta popular, el
referéndum, han tomado una serie de medidas ultrajantes contra los dirigentes
de la Comunidad Catalana. Es decir, que están reaccionando frente a una
supuesta contravención de la Constitución, que ellos se han pasado
constantemente por el forro a lo largo de las legislaturas durante las que (es
un decir) han gobernado; una imaginaria ilegalidad además en grado de
tentativa. Concepto éste, el de tentativa, que significa muchísimo en el
estudio de la ley penal.
Da vergüenza, indignación y náusea vivir bajo la tutela (otro decir) de gentes
de medio pelo que están poniendo a España (aunque ya no hacen más que culminar
un proceso de desprecio general) a la altura de los países de la mente y de la
mentalidad más pequeñas que quepa imaginar. Y todo, porque aquella Constitución
que ha llegado hasta hoy fue precocinada con engaños y presiones cuarteleras en
la sombra, justo para que los sempiternos dominadores de este país tuvieran las
mejores condiciones para seguir siéndolo.
Quienes, todo hay
que decirlo, como siempre, se frotan las manos son los medios de comunicación y
los periodistas que les sirven de las cuatro cadenas principales y los periódicos
oficiales que van a la deriva. Medios y periodistas que no sólo no apaciguan
la tensión existente sino que la atizan con su mediocridad, su impaciencia y
su voracidad para obtener récords de beneficios esos dueños de ellas canallas
y oportunistas que contemplan el espectáculo
bochornoso desde paraísos fiscales o playas caribeñas.
DdA, XIX/3640
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