
Félix
Población
Doctor en Historia por la
Universidad Complutense de Madrid, Julián Vadillo Muñoz (Madrid, 1981) se ha
especializado en la historia del movimiento obrero, sobre el que lleva
publicados una serie de libros. Desde muy joven ha centrado sobre todo su
interés en la Revolución Rusa, de la que este año se cumple un siglo. Con tal
motivo ha escrito, tras algunos años de recopilar información y fuentes, “Por el pan, la tierra y la libertad. El anarquismo
en la Revolución Rusa” (Ed. Volapük), una obra en la que ha pretendido
sacar del ostracismo y de los lugares comunes de la historia -según sus propias
palabras- el protagonismo del anarquismo ruso, un tema maltratado, tergiversado
o apenas abordado por los especialistas cuando estudian un acontecimiento de
tanta trascendencia histórica para el devenir del siglo XX.
-Das
para empezar sendas y obligadas sinopsis biográficas de Bakunin y Kropotin, por
la influencia que uno y otro tuvieron en el anarquismo internacional. ¿Me
podrías especificar el grado respectivo de esa influencia en Rusia?
-Una de las razones que me
llevaron a investigar el anarquismo en la Revolución rusa fue, precisamente,
que era inverosímil que siendo rusos dos de los principales ideólogos del
anarquismo, esta ideología no tuviese influencia en el proceso revolucionario. Bakunin
no dejaba de ser un personaje emblemático y mítico. Su concepto de la
organización revolucionaria fue tenido en cuenta no solo por anarquistas sino también
por socialistas revolucionarios o por el propio Lenin, que mostró su respeto
por él (un obelisco en Moscú así lo atestigua, junto al Kremlim). Pero sin
embargo, la forma de organización en grupos anarquistas y la ideología del
comunismo libertario de Kropotkin supuso para la organización libertaria rusa
mayor atractivo. Además, Kropotkin vivió la revolución de 1917 de primera mano,
pues regresó a Rusia y fue testigo de todo el proceso que se desató con la
victoria de los bolcheviques. Su muerte en febrero de 1921 fue uno de los
últimos actos del anarquismo ruso, que viviría posteriormente la represión
definitiva de sus estructuras políticas y sindicales.
-¿Qué
incidencia tuvo el movimiento libertario en la revolución de 1905 y qué
consecuencias sacó de la misma el anarquismo y el sindicalismo ruso de base
libertaria tras la brutal represión que hubo de sufrir después.
-La influencia fue dispar
dependiendo de la zona. En ciudades como Bialystok y Krinki, el anarquismo fue
protagonista, y durante la Revolución de 1905 su participación fue importante.
Por el contrario en San Petersburgo o Moscú el anarquismo era más embrionario y
los grupos que se impusieron fueron los que tenían a la violencia política como
eje fundamental, sin una coordinación clara. En zonas de influencia sindical
(sobre todo en la actual Ucrania) hubo lugares donde el sindicalismo
revolucionario tuvo una importancia protagonista. Tras la Revolución de 1905, que
pilló al anarquismo en una fase muy incipiente, las posturas que salen reforzadas
fueron las que consideraban que el anarquismo se tenía que organizar a través
de una federación de grupos y la que opinaba que había que incidir en el
movimiento obrero (el sindicalismo). La corriente terrorista quedó desechada y
sus integrantes desaparecieron por la fuerza de las circunstancias o en la
oleada represiva que el zarismo impuso a partir de 1906.
-
¿Qué posturas se dieron en el anarquismo ruso ante la Primera Guerra Mundial,
tan decisiva para entender el estallido de la Revolución de 1917?
- El estallido de la Primera
Guerra Mundial supuso una ruptura de la histórica posición antibelicista del
internacionalismo proletario representado por las Internacionales. En el caso
del socialismo fue paradigmático, pues había lugares donde había alcanzado
cuotas parlamentarias y los militantes dividieron el movimiento en función de
los créditos de guerra. Otros socialistas mantuvieron sus postulados
pacifistas, lo que motivó una división en el interior del socialismo
internacional. El anarquismo, a nivel general, se mantuvo en su fiel postura
pacifista y antibélica. Llegaron incluso a promover dos congresos por la paz,
uno de ellos celebrado en Ferrol en 1915, que sirvió, más bien, para
reorganizar las fuerzas de la CNT española. Sin embargo surgió en el interior
del anarquismo una sensibilidad que consideraba que aunque la guerra era
negativa, uno de los bandos en liza era peor solución que el otro. Que frente
al imperialismo alemán había que defender los valores que Francia había
trasmitido a la revolución mundial. Y a la cabeza de esta posición se situó,
curiosamente, Kropotkin. Algo que no dejó de significar una conmoción en el
movimiento anarquista internacional. Junto a él se situó otro de los
anarquistas rusos más importantes del momento, Varlaam Cherkesov. Sin embargo,
fueron minoritarios entre el movimiento anarquista. La mayoría del anarquismo
internacional se mantuvo en las posición antibélicas y condenó el “anarquismo
aliadófilo” de Kropotkin. Errico Malatesta mantuvo una posición coherente a las
ideas libertarias en esta línea. Y tras él hubo muchos anarquistas rusos:
Volin, Alexander Berkman, Emma Goldman, Gregori Maximov, etc. No dejó de ser un
pequeño cisma que muchos reprocharon en el futuro a Kropotkin.
-
Al referirte a la diversidad de fuerzas que participaron en el proceso
revolucionario, según las enuncia John Reed, llegas a decir que la figura de
Lenin contaba en un principio no solo con la simpatía del socialismo
revolucionario sino con la del anarquismo. ¿En qué sentido y hasta qué momento?
- Para un trabajador o un
campesino ruso de 1917 distinguir entre un bolchevique y un anarquista no era
fácil. Los dos estaban contra la política del gobierno provisional, los dos
pedían el final de la guerra, ambos pedían todo el poder a los soviets, el
reparto de la tierra, del pan, etc. Hay algunas escenas en la misma obra de
John Reed que son sintomáticas, cuando los oradores tomaban la palabra en
fábricas y se dirigían a los asistentes. Oradores de todas las tendencias
políticas que pedían un nuevo paso en la revolución. Lenin era un magnífico
estratega y era consciente de que el bolchevismo no era el movimiento obrero
mayoritario entre los trabajadores. Por eso se tenía que ganar el favor de
otras opciones políticas para el avance de sus propias ideas. Tanto las tesis
de abril de 1917 como su libro El Estado
y la revolución estaban encaminados hacía ello. Algunos anarquistas
entendieron incluso que Lenin ya no era marxista y estaba cambiando de ideas,
pues hacía un llamamiento a la desaparición del Estado. Sin embargo esa
cuestión estaba muy lejos de la realidad. Y lo que tiene que quedar claro
también es que en ningún momento hubo un pacto tácito entre las corrientes
revolucionarias más a la izquierda (bolcheviques, socialistas revolucionarios y
anarquistas). Eran intereses comunes desde la diversidad. El cambio en estas
percepciones se produjo cuando los bolcheviques tomaron el poder y desde ahí
realizaron medidas que les alejaba de sus antiguos “socios” revolucionarios en
soviets y fábricas.
-
Para Anatol Gorelik, el anarquismo nunca logró estar unido y esa fue, a su
juicio, una de las bases de su debilidad de cara a una incidencia mayor en el
desarrollo revolucionario de 1917. ¿Cuáles fueron las otras?
- Gorelik apunta a la base
fundamental, pues todas las demás vienen derivadas de ahí. La dispersión de
fuerzas fue el gran inconveniente del anarquismo así como las distintas
visiones que cada anarquista, lugar y grupo daba al desarrollo revolucionario.
Eso llevó a que muchos de ellos se acabaran integrando en las estructuras de
poder, lo que generó una pérdida de fuerzas. La diversidad de ideas, que en
muchas ocasiones en la historia de la izquierda ha jugado un papel positivo,
para el anarquismo ruso significó un problema. Además, a partir de octubre de
1917 el bolchevismo se encontró con todas las herramientas del Estado que los
anarquistas no tenían. La fuerza del bolchevismo no solo fue numérica (en zonas
como Ucrania no eran mayoritarios), sino que se apoyó en los aparatos
represivos que tuvo a su alcance. Baste decir un dato: en octubre se produce la
toma del poder político y en diciembre comienza a desarrollar sus actividades
la Tcheka, policía política. Lo que se concibió como un aparato para perseguir
la contrarrevolución se torna persecución a todos aquellos que no piensan como
los bolcheviques. Por otra parte, y no menos importante, el bolchevismo logró
imponer su propia propaganda y se mostró más persuasivo, lo que hizo que el
anarquismo decreciese en muchos lugares frente a sus rivales. El poder de la
propaganda y el presentar al anarquismo como enemigo jugó un papel nada
desdeñable.
-La
paz de Brest-Litovsk, aprobada por el nuevo gobierno soviético, fue muy
criticada por los anarquistas, pero los puntos de mayor disensión entre
bolcheviques y anarquistas se dieron por cuestiones económicas. Los anarquistas
estaban en contra del control de la producción por parte del Estado. ¿Cómo se
fue dando el calendario de esas disensiones y con qué efectos represivos sobre
el movimiento libertario?
-La toma del poder por los
bolcheviques en octubre en 1917 hizo aflorar las diferencias entre las
facciones revolucionarias. La Paz de Brest-Litovsk fue para los anarquistas (y
otros revolucionarios) un paso atrás y una cesión a los intereses del
imperialismo. A nivel económico, los anarquistas hablaban del poder de los
soviets como entidades que gestionasen la política y los medios de producción y
consumo directamente. Una gestión directa por parte de los trabajadores de la
economía del país. Los anarquistas denunciaron que el bolchevismo lo que estaba
llevando a cabo era una política de estatalización económica y que los soviets
se estaban convirtiendo en meras correas de trasmisión del partido en los
centros de producción, donde la diversidad de posiciones estaba siendo cercenada.
Estas diferencias hicieron que el anarquismo comenzase a criticar duramente al
gobierno. Y este respondiese con la clausura de sus centros y de sus cabeceras
de periódicos, alegando “derrotismo y contrarrevolución”. Muchos anarquistas
fueron detenidos y encarcelados. Fue a partir de abril de 1918 cuando ese
choque fue más frontal, teniendo en cuenta que todos los revolucionarios
estaban en guerra civil contra las fuerzas opositoras a la revolución.
-¿Qué
supuso la revolución majnovista y la Confederación de Organizaciones
Anarquistas Nabat? ¿Qué más nos puedes decir de lo que apuntas en el libro
acerca del modelo educativo de Ferrer Guardia, aplicado por el movimiento majnovista?
¿Fue o no un movimiento anarquista?
-Si en algún sitio el
anarquismo desarrolló su modelo estructural, económico y político ese fue en la
zona de influencia majnovista en Ucrania. Tal como Majnó mostró a Lenin en su
entrevista, el movimiento obrero ucraniano fue mayoritariamente anarquista y
socialista revolucionario. Los bolcheviques fueron minoría. Lo que se comienza
a estructura en zonas del este ucraniano a partir de febrero de 1917 es un
modelo revolucionario basado en la autogestión, en los soviets libres, en el
control directo del campesino y el obrero de los medios de producción y un
socialismo directo. Un modelo que vino acompañado de un nuevo concepto
educativo, inaugurandose en Gulai Polé una escuela al estilo ferreriano. Para
defender esas estructuras en un marco de revolución y guerra, Majnó configuró
el Ejercito Insurreccional Majnovista conformado por guerrilleros campesinos. Y
Majnó lo defendió contra todos, si bien con los bolcheviques intentó llegar a
acuerdos para mantener esas estructuras reconociendo los majnovista el poder de
Moscú siempre y cuando su modelo no fuese trastocado. Un acuerdo imposible,
pues si bien a nivel militar hubo entendimiento nunca lo hubo a nivel político
pues era dos modelos revolucionarios distintos. Sobre si fue o no anarquismo,
Gorelik dice que no, aunque siendo un movimiento horizontal de las masas
laboriosas ucranianas, los anarquistas se sintieron cómodos en él. De hecho el
majnovismo actuaba de forma independiente a la Confederación de Organizaciones
Anarquistas Nabat, único intento exitoso de los anarquistas rusos de articular
un movimiento a gran escala. Aunque Gorelik con razón dice eso, lo cierto es
que los integrantes del majnovismo eran mayoritariamente anarquistas. Empezando
por Néstor Majnó y siguiendo por Víctor Belash, Taranovsky, Piotr Archinov,
etc. Anarquismo y majnovismo son sinónimos en tal caso.
-
Afirmas en tu libro que es muy difícil entender el triunfo de la revolución de
1917 sin la participación de Kronstadt. Sin embargo fue en Kronstadt donde los
marinos se levantaron en marzo de 1921 movidos por el concepto de Tercera
Revolución, una vez concluida la guerra civil. ¿Qué ideas y que Tercera
Revolución fueron reprimidas en Kronstadt?
-Kronstadt fue siempre una
plaza de marinos revolucionarios inconformistas que con sus intervenciones
aceleraron los procesos de la revolución. Al estallar la revolución de febrero
de 1917, Kronstadt fue prácticamente una república independiente dentro de
Rusia pues nunca obedeció al gobierno provisional. Su soviet fue uno de los más
plurales de toda la revolución, con todas las tendencias representadas. Los
marinos de Kronstadt siempre estuvieron muy vinculados a los anarquistas, y la
crisis de la Dacha Durnovo se dejó ver de forma clara. Su participación en
Octubre de 1917 es determinante y fueron los marinos de Kronstadt, encabezados
por el anarquista Anatoli Zhelezniakov, quienes clausuraron la Asamblea
Constituyente en 1918. Los marinos de Kronstadt aplazaron el debate del modelo
revolucionario mientras duró la Guerra Civil. Pero una vez que era evidente el
triunfo de las fuerzas revolucionarias quiso denunciar que la política de los
bolcheviques no era por la que habían luchado en octubre de 1917. Por eso se
rebelan pidiendo soviets libres y libertad de prensa y opinión para las
tendencias revolucionarias. Para ellos, coincidiendo con los anarquistas que
participan en el propio soviet de Kronstadt, la Tercera Revolución era el
desalojo del poder dictatorial de los comunistas para pasar a un poder obrero,
una democracia obrera con todas las tendencias revolucionarias representadas. Para
los bolcheviques esto representó un desafío de la izquierda y, a pesar de los
intentos de mediación, la decisión del gobierno fue aplastar la revuelta de
unos marinos que siempre habían estado en la vanguardia de la revolución.
-¿Qué
nombres, de entre los que mencionas como figuras más sobresalientes del
anarquismo ruso, merecerían un mejor conocimiento y difusión por lo que
representaron en su tiempo?
Destacaría a Cherkesov
(Cherkezishvili), que desarrolló el anarquismo en un lugar tan poco conocido
como Georgia (patria de Stalin). También
la trascendental figura de Volin, probablemente la mente más clara del anarquismo
ruso de la época. Y Majnó, cuyas memorias habría que traducir del francés (o
del ruso). O su inseparable Víctor Belash, el mejor estratega militar del
majnovismo. Archivov también es digno de rescate por su peculiar vida y su
trágico final. La historia del anarquismo tiene todavía mucho camino por
recorrer.
*Entrevista publicada en el número de julio/agosto de 2017 en El viejo topo
DdA, XIV/3578
No hay comentarios:
Publicar un comentario