Para quienes hayan estado en Nicaragua, o en Bolivia, o en el Abya
Yala, Miguel d´Escoto no es un curita cualquiera. Y los 30 años que
estuvo suspendido como sacerdote por el papa Woytila, hasta que el papa
Francisco le devolvió la sotana simbólica, pueden resumir una parte,
mínima , de su compromiso con el pobrerío.
Esta semana, en que también hemos despedido a otro cura singular, el
belga Francois Houtart, "socio" y colaborar de don Miguel, y el martes
próximo en que en la UniOvi se celebra una jornada sobre El Salvador,
vuelve a ser propicio recordar a gente buena, revolucionaria en los
términos de asumir compromisos fuertes, de transformación social.
Los primeros reportes de los medios del fallecimiento de Miguel
D´Escoto centran su atención en el cargo de Ministro de Exteriores
sandinista. Y tiene lógica. Pero convendrá no olvidar su mandato como
Presidente de la Asamblea General de la ONU. Incómodo para el
establecimiento. Propositivo y activo para tratar de declarar al agua
como un derecho humano, al 22 de abril el día de la MADRE Tierra, y a
Evo Morales como profeta y héroe de la Tierra Madre. Porque, según él,
"para cuidar a la Pachamama , necesariamente se debe ser
antiimperialista, anticapitalista y no depredador, sino debe estar
relacionado con el amor, con la justicia, con la igualdad y solidaridad,
porque el respeto a la Madre Tierra es vital e indispensable."
Y por esa misma vía lógico es que haya colaborado activamente en las
Conferencias mundiales que en Cochabamba han hablado de ese respeto a la
Naturaleza y de proponer y tomar medidas contra el cambio climático:
entre ellas, ahí en Cochabamba y bajo su amparo protector, también la
propuesta de Declaración de Derechos de la Madre Tierra, que sigue a la
espera de debate en el seno de la ONU, y que tan parecido y tantos
acercamientos tiene con la propuesta de Francois Houtart de "El Bien
Común de la Humanidad".
Sí, Miguel D´Escoto, nacido en EEUU, que podría haber optado por otra
vida fácil, prefirió el compromiso, y los avatares en Nicaragua le
llevaron a involucrarse contra la dictadura de los Somoza y a ser el
Canciller, el ministro de Exteriores, de la década sandinista, con 8
cruentísimos años de guerra, terrible, destructora, ordenada, entrenada,
armada (y perdida) por Reagan desde la Casa Blanca.
En esa circunstancia histórica llegó el papa polaco a la tierra de
los lagos y volcanes y el poeta y cura y ministro de cultura Ernesto
Cardenal se le puso de rodillas tratando de aminorar la bronca, y el
otro cura-ministro de educación coordinador de la campaña masiva y
heroica de alfabetización Fernando Cardenal, también sancionado, y
Miguel sufrió también la represalia de la retirada de su sacerdocio..
con esa pesadilla que la historia recordará de un máximo representante
católico que le negaba en público a los familiares de los muchachos
asesinados por "la contra" el día anterior una oración o una mención al
menos para tan católica gente humilde, que al no obtenerla de Woytila,
se retiraron masivamente de la Plaza de Revolución en Managua. Y aquel
papa tomó represalias y venganza.
Respetado, querido, don Miguel además de diplomático, de cura, era
científico y periodista, y antes de Nicaragua había estado en Chile, en
Nueva York, e incluso fue funcionario del Consejo Mundial de las
Iglesias. En 1975 ya se le vincula con el sandinismo, y en la
"transición" forma parte del Grupo de los 12, intelectuales que jugarían
un papel significativo para el advenimiento de la insurrección popular
que daría al traste con los 40 años de dinastía somocista.
El libro "El año en que vivimos atrevidamente", y el documental "The
Troublemaker", relatan la experiencia de Miguel d´Escoto como presidente
de la ONU, de la que comentaría que.. que la ONU no podía reformarse,
había que "reinventarla" y preguntarse por la función de este organismo
en el siglo XXI.
Qué grandes hombres, don Miguel, don Francois, tan humildes y revolucionarios.
DdA, XIV/3564
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