
Félix Población
Según Monereo, Podemos lo tiene
muy difícil. Ha de construirse en medio de una alianza que vertebre y organice;
definir las estructuras organizativas entre elecciones e inventando cuadros y
direcciones en combates políticos muy duros y a veces dramáticos. Debe ser
partido sin caer en el partidismo estrecho y vacío, construirse desde abajo sin
separarse de votantes y aliados; hacerse en el conflicto social sin sectarismos
y abrirse a nuevos espacios más difíciles y complejos. Para ello hay tres
problemas que requieren una inmediata atención a juicio del articulista: el
impulso de los círculos, en primer lugar, como organización de base, su
funcionamiento y su inserción en el territorio, con la vista puesta en las
próximas elecciones municipales. La formación rápida y sistemática de
centenares de cuadros políticos y gestores de lo público, en segundo lugar. Y,
finalmente, la consolidación de un equipo dirigente con solvencia, capaz,
plural y unido.
La publicación de una nueva
novela de Lidia Falcón, “El honor de Dios”, donde además de tratar el secuestro
y asesinato de Lasa y Zabala la escritora hace un exhaustiva revisión muy
crítica del periodo de gobierno de Felipe González, sirve a Miguel Riera para
entrevistar a fondo a quien lideró -y en ello sigue con laudable perseverancia- el movimiento feminista en España. Considera
Falcón, respecto a los crímenes del GAL, que en cualquier otro país el presidente
del gobierno hubiera sido investigado y procesado. Con relación al proyecto de
legalizar la prostitución, a Lidia le parece literalmente malvado. “Las mujeres
son carne traficada como prostitutas –afirma-, como esclavas y últimamente
convertidas en vasijas donde se fabrican niños”.
Higinio Polo firma un
interesante artículo sobre la exposición no menos interesante que se muestra en
el Museo Nacional de Arte de Cataluña, procedente del Jeu de Paume de París:
Soulèvements (Alzamientos), que en España se llama Insurrecciones por la
identificación que la expresión francesa tiene en castellano con el alzamiento
fascista de 1936. Insurrecciones, revueltas, insumisión, revoluciones,
conceptos todos ellos vinculados con el lenguaje de la rebelión, y que en
Barcelona se adaptan a algunos hechos históricos propios de la ciudad, desde la
huelga general de 1909, a la resistencia antifranquista, pasando por la mal
llamada Guerra Civil.
Dos entrevistas más podemos leer
en el número 352 de EVT. Una es la que Enric Llopis le hace a los autores del
libro “First We Take Manhattan. La destrucción creativa de las ciudades”
(Daniel Soriano y Álvaro Ardura), bajo el titular “Gentrificación: de barrio
popular a distrito burgués”. Otra es la que firma Salvador López Arnal con
Nicolás González Varela, autor de una documentadísima obra, “Heidegger. Nazismo
y política del ser”. Para el autor, el filósofo fue un nazi peculiar pero
convencido, no un oportunista político.
La revista rescata de su
hemeroteca el artículo que en 1981 firmó Rafael Gutiérrez Girardot, con motivo del
vigésimo quinto aniversario de la muerte de Ortega y Gasset, a modo de réplica
al aluvión de textos laudatorios que entonces se publicaron sobre don José.
Aun pareciéndole al autor duro el calificativo de estafador, es inevitable
utilizarlo –asegura- para designar algunos procedimientos del “estilo de
trabajo” de Ortega.
Eduardo Garzón ofrece la
segunda entrega de su trabajo "La teoría monetaria moderna: pleno empleo con
estabilidad de precios". ¿Es utópico
suponer que puede existir el pleno empleo?, se pregunta el autor. Tendemos a
pensar que no, pero se trata de uno de los puntos fundamentales de la teoría
aquí tratada por el economista Eduardo Garzón.
DdA, XIV/3531
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