Acabo de ver
y escuchar al presidente del gobierno respondiendo a la pregunta de Pablo
Iglesias acerca de la gestión del Fiscal Jefe Anticorrupción, implicado en haber dificultado las investigaciones de la Operación Lezo,
que ha destapado la corrupción en el Canal de Isabel II y ha propiciado la
detención del expressidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, encarcelado en la prisión de Soto del Real.
Además de eso, ayer supimos que el Fiscal Jefe
Anticorrupción, Manuel Moix, mintió al negar que hubiese intentado apartar a
los fiscales encargados de la investigación del caso Lezo.
Según consta en un documento inédito
firmado por el propio Moix, el fiscal jefe firmó
un decreto la víspera de la detención de Ignacio González en el que pedía el
relevo de los dos fiscales, Carmen García y Carlos Yáñez, de
quienes aseguró que habían pedido su traslado a Granada. Los fiscales continúan en el caso y, además,
sospechan que el número dos del Ministerio del Interior, José Antonio Nieto,
está detrás del "chivatazo" que supuestamente alertó
al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, de que estaba
siendo investigado.
Pues bien, Mariano Rajoy ha asegurado hoy en el Congreso de los Diputados que Manuel Moix es "un
profesional con una amplia y exitosa trayectoria, que actúa con absoluta
independencia y plena personalidad. Creo que está funcionando muy bien y usted debería
alegrarse", dijo irónicamente en su respuesta a Iglesias, quien con un
oportuno uso de la hemeroteca le ha recordado al jefe del
gobierno las frases de contundente crítica que Rajoy pronunció en el mismo escenario en 2009 para con el ministro de Justicia de
gobierno socialista, Mariano Fernández Bermejo, por haber compartido una
montería berlanguiana con el exjuez Baltasar Garzón mientras este investigaba
la trama Gürtel, que afectaba al Partido Popular.
Bermejo dimitió entonces, antes incluso de que se
diera la remodelación de aquel gobierno. Si en lugar del cese o dimisión de
Moix, lo que ahora ocurre es que el jefe del ejecutivo lo ensalza, parece
evidente que don Mariano refrenda con su criterio la parasitación de las
instituciones a la que se refiere Iglesias y, consecuentemente, el alarmante estado de degeneración democrática que soporta el país ocho años después.
PS. Tanto el ministro de Justicia y el fiscal jefe del Estado actualesi deberían de dejar de serlo.
PS. Tanto el ministro de Justicia y el fiscal jefe del Estado actualesi deberían de dejar de serlo.
DdA, XIV/3532
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