Félix Población
Este fin de semana hemos tenido sobrada información sobre
las primarias del PSOE en la prensa vieja o prensa del régimen, que ha tratado
por otro lado de arrinconar la noticia de la Puerta del Sol, donde Unidos
Podemos logró reunir menos gente que en la ocasión precedente, pero la
suficiente como para ganarse al menos una noticia de portada.
La mayoría de los editócratas de esa prensa vieja se había decantado en contra
del candidato que a la postre será nuevamente secretario general del Partido
Socialista, después de haber derrotado rotundamente a quien lo había derrocado
del peor de los modos el pasado 1 de octubre. La victoria de Pedro Sánchez supone que el actual gobierno del país está ahí en contra
del revalidado líder del primer partido de la oposición, un líder que, sin
embargo, no estará en el Congreso y que habrá de elegir a un nuevo portavoz de
su partido tras la dimisión de Antonio Hernando.
Quien será la voz de Sánchez y su nueva ejecutiva en el
Parlamento deberá ahora hacer valer los motivos por los que en su día el
reelegido secretario general del PSOE
fue defenestrado en contra de la voz de la militancia. Esos motivos se
centraron en su intención –confesada por él mismo a Évole- de buscar una
alternativa a la izquierda para evitar un nuevo gobierno de Rajoy. Se da la circunstancia, sin embargo, de que la mayoría de
los parlamentarios socialistas –con la comisión traidora al frente-, apostaban
por la candidatura de la baronesa andalusí, por lo que ahora deberán readaptarse
a los criterios del PSOE de Sánchez.
A no pocos les va a costar bastante, a juzgar por la
deplorable actitud de Susana Díaz ayer en Ferraz, cuando compareció antes los
medios tras saberse derrotada de modo tan contundente. No nombrar ni siquiera a
su nuevo secretario general no parece que sea la mejor de las actitudes para creer en la
unidad y fraternidad que vino postulando semanas atrás, acaso por creer con una cierta inopia que no iba a ser vencida.
La victoria de Sánchez tampoco fue bien asumida por el
presidente de la gestora, cuya ausencia no menos lamentable se dejó notar ayer
en la sede central del partido. Tanto Javier Fernández como otros barones que
tanto se caracterizaron en su empeño por acabar con el ahora renovado líder del PSOE, deberían
hacer lo que Hernando, que en el caso de Fernández sería dimitir como
presidente de Asturias, donde tanto viene estorbando para hacer una política progresista.
¿Y qué me dicen de los González, Rubalcaba, Guerra, Bono, Zapatero y
demás jarrones chinos? ¿No acaban de ganar, con su candidata, la caducidad debida a la vista del gobierno que han hecho posible?
+@El enterramiento, por fin, del partido de Suresnes.
+@El enterramiento, por fin, del partido de Suresnes.
DdA, XIV/3542
1 comentario:
Menos mal que se puede leer algo diferente a lo establecido
gracias
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