miércoles, 31 de mayo de 2017

DONAN PHER Y LOS CHARLATANES DE RASTRO

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Lazarillo

La que sigue es una referencia de Alex Rodríguez Marcos, a quien este Lazarillo no tiene el gusto de conocer, pero que por hablar de un personaje al que sí conocí hace muchos años, me sirve para rastrear la atracción que despertaban los charlatanes de Rastro entre las viejas y más maduras generaciones, cuando este Lazarillo no pasaba de ser un niño o, a lo sumo, un adolescente, y también se recreaba con esa labia de baratillo. A falta, por aquellos tiempos, de un Speakers' Corner.
Dice Alex que Donan Pher era el emperador del bolígrafo, un asiduo del rastro de la Urgisa, que era un barrio gijonés. "Donan Pher me fascinaba -escribe Alex-, no conseguía entender por qué aquel hombre, para mi idéntico a Livingstone, se dedicaba a vender bolígrafos. Lo imaginaba víctima de alguna desgracia que le había obligado a dejar de vivir aventuras, remontando el río Zambeze, y me daba pena que acabara vendiendo bolígrafos por las ferias de los pueblos. Recuerdo que decía, con machacona insistencia: «Sigo con la enfermedad de vender barato. Ofrezco kilómetros de escritura. El bolígrafo es el mejor amigo del hombre. Podría ser el perro, pero nadie puede llevar un perro en el bolsillo de su chaqueta». 
Por estas frases supondrá el lector que encandilara al respetable. Lo de ofrecer kilómetros de escritura denotaba un talento publicitario de impronta muy literaria, refrendado por lo de considerar al bolígrafo el mejor amigo del hombre, eso sí, un amigo de bolsillo. Donan Pher, (Fernando leído al revés) era Fernando Velázquez López -según Alex-, natural de Pola de Siero (Asturias), un vendedor ambulante que recorría los mercadillos y fiestas de la región desde los años cincuenta con su cargamento de bolígrafos, una herramienta que en su día constituyó una auténtica innovación. El bolígrafo sustituyó a la pluma estilográfica en las solapas de los caballeros y en los pupitres de los escolares, que anteriormente se habían hecho a la caligrafía con las plumas de palo y plumín. 
Dice Alex que Donan Pher se acompañaba de una fotografías en las que aparecía una serpiente pitón, algunos leones y un fondo de palmeras, como si el propio charlatán con atuendo de explorador figurase en las mismas, algo que este Lazarillo no recuerda. Lo cierto es que las imágenes se las habían hecho en la Casa de Fieras de Madrid, que estaba en el Parque del Retiro. 
Para colmar el perfil del tal Donan Pher, sí recuerdo que tenía un acento extraño que los más jóvenes creíamos propio de su nombre extranjero, cuando la realidad era que Fernando Velázquez López -puntualiza Alex- tenía un defecto al hablar como consecuencia de una mala prótesis que le había colocado un mal dentista, al que acudió para arreglarse la boca y ponerse dos dientes de oro. 
Gracias por esos datos, estimado Alex, que han venido a iluminar la semiborrosa semblanza de un personaje sumido en la primera memoria de este Lazarillo y el recuerdo de un abuelo ferroviario, frecuentador del Rastro gijonés, el mismo que decía ante cualquier buen charlatán, como Livingstone Donan Pher: éste no tendría precio como político. ¡Ofrecía nada menos que kilómetros de escritura en una epoca en la que escribir tenía no pocos límites!

PS.- Me apunta mi amigo Goti del Sol que Donan Pher fue muy popular también en Pamplona, ciudad a la que acudió durante treinta años por los Sanfermines con  el negocio de su escritura kilométrica. La firma de camisetas Kukutxumutxu editó una con su imagen cuando murió y el Ayuntamiento de la ciudad recibió a la viuda y a su hija.

DdA, XIV/3551

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