La magnífica reacción ante la inminencia de un descenso de categoría de un club modesto de segunda B, como posibilidad de ejemplo para el histórico club de primera división.
Félix Población
No me dirijo a quienes
tan nefastamente han dirigido, dirigen y gestionan ese histórico club, tan
querido por su afición, ni a los medios de comunicación que semana tras semana
han venido insistiendo en la posibilidad de una victoria que levantase el ánimo de la plantilla, imponiendo con sus
titulares una presión añadida al equipo, similar a la de no acertar con la
portería del adversario.
Me dirijo a la competitividad de sus futbolistas, jóvenes profesionales cuyo desempeño
consiste en el placer y la responsabilidad de disputar el balón al tope de sus
posibilidades y aptitudes. Me consta que ya apenas existe esperanza para evitar
el descenso de categoría a estas alturas de la competición. Para ello habría
que salir vencedor de todos los partidos que quedan por disputar, contando además
con la pérdida de seis puntos por parte del Leganés. La victoria no es
imposible en el caso rojiblanco si se sale al césped con una actitud muy distinta
a la de anteriores jornadas. Es más, la victoria sería un triunfo incluso si se
pierde la categoría: el triunfo de la profesionalidad.
Para eso es preciso ser
consciente de que el afán de lucha define no solo lo que cada cual es en el
terreno de juego, sino lo que quiera ser en el futuro de su vida deportiva. A
veces estas lecciones debemos aprenderlas de quienes están por debajo de
nosotros en cualificación. A tal fin les paso a los futbolistas del Sporting el
ejemplo de un equipo mucho más modesto, el Guijuelo CD de Salamanca, que milita
en segunda división B, y hace unas pocas jornadas estaba abocado al descenso de
categoría.
El pasado domingo logró
vencer al líder incuestionable hasta entonces, el Rácing de Santander,
dificultando con ello el ascenso de un equipo llamado a ello, y en las últimas siete
jornadas ha conseguido seis victorias y un empate. Pendiente de dos partidos para
que concluya la liga, el Guijuelo CD ha asegurado sobradamente la categoría.
¿Pueden los futbolistas
del Sporting, en la primera categoría del futbol nacional, con mucho más
nombre, ficha y aptitudes, mirarse en el ejemplo del modesto equipo chacinero y
tratar de hacer lo propio? Para eso es imprescindible,
sobre todo, luchar y dejar constancia de su dignidad como profesionales y representantes de la historia de un club
y el cariño de una afición que se merece por lo menos eso. Sin combatividad siempre se sale vencido y el descenso es de
justicia, en cuyo caso no habrá que lamentar más que el desacierto de un equipo
directivo en juntar una plantilla que tan poco respeto profesional se ha tenido
a sí misma.
*Artículo publicado hoy también en el diario La Voz de Asturias.
DdA, XIV/3525
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