Una polémica
ideológica de altura que habrán de dirimir los líderes del PP en su
próximo congreso. ¿Fuimos gaviota y ahora somos charrán?
Ahora resulta
que no era gaviota, sino charrán, ave pacífica, de altura, muy similar
físicamente a la gaviota pero nada que ver con su sañuda agresividad y
su inclinación por el ataque a los indefensos
Gregorio Morán | bez
Conmovedor, realmente conmovedor. Al
fin una polémica ideológica en el seno del Partido Popular: ¿el símbolo
que los define es una gaviota o un charrán? Como mis conocimientos en el
campo de la ornitología son aún más leves e inseguros que en el de la
política, he de caminar con pies de plomo en asunto tan peliagudo.
Después de muchos, muchos años haciendo de
gaviotas y teniéndolo a orgullo, puesto que se trata de animal
depredador, agresivo, incomestible en cualquier variedad que usted lo
intente, incluso haciendo el robinsón, se ha dado un giro estratégico.
El símbolo del PP que nos gobierna, me temo que por muchos años, ha
descubierto que no se trata de esa ave de basurero, carroñera,
que en Madrid y en otras ciudades no sabrían cómo liquidar los restos
de la sociedad industrial, ahora resulta que no era gaviota, sino
charrán, ave pacífica, de altura, muy similar físicamente a la gaviota
pero nada que ver con su sañuda agresividad y su inclinación por el
ataque a los indefensos -¿Se acuerdan de Alfred Hitchcock y su
película?-.
Yo hasta ahora pensaba que el charrán era
una referencia gallega, muy confusa, donde se mezclaba el celta antiguo y
metáforas ligadas al mundo del lenguaje, pero nada pacífico sino todo
lo contrario; una cultura de pelea y un recurso para expertos en
ornitología. Pero me equivocaba. Me enteré hace días y resulta que la
gaviota que simbolizaba aquel engendro reaccionario, que solo recordarlo
produce inquietud, Alianza Popular, ahora trasformada en Partido Popular, ha tardado desde 1986 en descubrir que lo suyo no es la carroñera gaviota sino el casi ignoto charrán (Sterna Hirundo). Una polémica ideológica de altura que habrán de dirimir los líderes del PP en su próximo congreso. ¿Fuimos gaviota y ahora somos charrán?
Ni los escolásticos de Salamanca y Mondoñedo tuvieron tal escollo
metodológico desde que se debatió si la lamprea era carne o pescado.
Porque si era carne, aunque saliera del río, se iban al carajo los
beneficios eclesiales de las cuaresmas.
Gracias a un magnífico artículo en El País
firmado por Natalia Junquera desde Madrid, el centro quizá más
importante de gaviotas carroñeras de España -desconozco cómo anda la
cosa por Valencia- me he enterado que el PP va a relanzar el charrán y
desterrar la gaviota. ¡Cuánta
basura no se tendrán que comer las gaviotas supervivientes para lograr
hacer tal cambio! Pero en España se han hecho cosas más difíciles.
Me emocionó, lo digo sin ironía, que el
diseñador de la gaviota-charrán del año 1986, Fernando Martínez, tuviera
el gesto de pedirle a Manuel Fraga una carta en la que constara que no
había recibido remuneración alguna, ni beneficio personal, por el diseño
que había hecho por conciencia militante. La enmarcó en su despacho ¡A
ese tipo hay que hacerle un homenaje y el Congreso tendría que nombrarle
militante de honor o ideólogo de la nueva época¡ Me imagino a Camps, Rato y la banda, con un empleado tan talentudo y desprendido, del que hubieran sacado una mina, una tarjeta black, o un puesto de los que duran toda la vida, jubilación incluida.
Ya lo saben, el tránsito que
inicia el nuevo equipo bajo las órdenes de Mariano Rajoy y los
charranes, es convertir un partido de gaviotas carroñeras, que
pasarán por los tribunales durante años, hasta que prescriban, y esta
ave casi salida del paraíso marino que vuela alto y no come mierda.
Sería incapaz de perder un minuto de mi tiempo investigando las
costumbres del charrán. Si ellos se tiraron desde 1986 muy a gusto con
la gaviota, no vamos a hacer nosotros ahora el ridículo de darle la
importancia que no tiene. Pero en fin, algo es algo, el primer debate
ideológico en el PP va a ser sobre ornitología política. ¿Cómo nos
transformamos de gaviotas ansiosas en charranes voladores?
No puedo evitar una pregunta capciosa.
Mariano Rajoi mirando a su equipo, y con su locuacidad característica,
afirmar: “Está muy bien eso de abandonar la gaviota y pasar al charrán.
Un día tenéis que explicarme qué es eso del charrán. ¿Es comestible?”
DdA, XIV/3467
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