lunes, 6 de febrero de 2017

INFUNDIOS CONTRA PARTICIPANTES EN POLÍTICA EN EL INTERIOR DE PODEMOS

Julián Aceitero Gómez

El escritor y columnista David Torres refiere en su reciente artículo “Pepe Viyuela, el circo y los payasos” (1) las acepciones del término payaso recogidas en el diccionario de la Real Academia Española, pero omite que pueda ser usado también en sentido peyorativo (2) que es, precisamente, el sentido con el que lo usa en este artículo. En efecto, el citado escritor asevera en dicho artículo que “desde que un buen número de políticos se ha metido a payasos, a los payasos no les ha quedado otro remedio que contraatacar metiéndose en política” y cita, entre los últimos, al actor cómico Pepe Viyuela, quien figura en la lista de aspirantes a miembros del Consejo Ciudadano Estatal de PODEMOS liderada por Iñigo Errejón (3).  

Además, el citado escritor no solo afirma que tanto en el PSOE como en el PP están ya acostumbrados a las payasadas, sino que también recuerda algunas de las protagonizadas por políticos del último partido citado y alude como “paridas” a las que que su líder, Mariano Rajoy Brey, comete con frecuencia en sus intervenciones parlamentarias como Presidente del Gobierno; por ello, el escritor Torres  ve lógico que el actor cómico Pepe Viyuela pensase que de seguir dicho presidente “a esta marcha, los payasos se van todos al paro”.

Sin embargo, que el actor Viyuela pensara aquello es cuestionable no solo porque no existe constancia de que lo hubiese contado al escritor Torres, sino también por el lapsus que éste habría cometido al afirmar que es lógico que “…Viyuela pensé, que de seguir el presidente a esta marcha…”. Y si no fuese un lapsus, que le señala como quien lo pensara, el citado escritor habría cometido una incorrección gramatical al redactar la oración recién transcrita, porque es obvio que al sujeto de ésta, Viyuela, no corresponde la primera persona del singular del verbo de la misma, pensé,  sino la tercera persona de éste, es decir, pensó.

En cualquier caso, el escritor Torres esgrime aquel pensamiento del actor Pepe Viyuela sin distinguir las payasadas que podría cometer en el supuesto de que fuera elegido miembro del Consejo Ciudadano Estatal de PODEMOS, de las paridas o payasadas que el presidente del Gobierno Rajoy comete en sus intervenciones parlamentarias, es decir, que las trata por igual, lo que indicaría que aparenta que todos los políticos son iguales, en este caso, de payasos; y que no mencione ni una de aquellas “paridas” o payasadas presidenciales, indicaría que las oculta, quizá para impedir que su análisis revele lo impropio de así considerarlas.

Lo analizado hasta aquí permite concluir que dicho artículo es un libelo que difama al actor Pepe Viyuela por haber dado el paso de meterse en política en el seno de PODEMOS. Tal difamación alcanza su clímax cuando el libelista Torres le cita, recordémoslo, entre los payasos a quienes no les ha quedado otro remedio que contraatacar metiéndose en política, y le atribuye que pensase que si el presidente Rajoy seguía diciendo paridas o payasadas, los payasos irían todos al paro, porque así sólo cabe inferir que el actor Viyuela habría dado el paso de meterse en política para prevenir su problema personal de paro.

PODEMOS plantea la imperiosa necesidad de que un número ingente de personas participen en política para que la mayoría social se empodere y pueda así contrarrestar las actuaciones que las castas política, mediática, policial y judicial, entre otras muchas, ejecutan para que quienes ostentan el poder del dinero sigan satisfaciendo su insaciable deseo de enriquecimiento a costa del empobrecimiento de aquella mayoría; y con tal fin se ofrece como una herramienta para facilitar aquella participación política, de tal modo que a las personas dispuestas a ello sólo se les exige su rechazo a cualquier forma de enriquecimiento valiéndose de dicha participación. Así pues, muchas personas tendrían que haberse planteado participar en política en el seno de dicho partido.  

Como respuesta a tal planteamiento de PODEMOS, quienes ostentan el poder del dinero han dispuesto que sus castas política, mediática, policial y judicial escudriñen la vida de las personas que ya practican la política en el seno de dicho partido en busca de cualquier irregularidad que sea susceptible de venderla como corrupción, para así cacarearla y aniquilarlas políticamente. Y si las citadas castas no alcanzan tal objetivo, cuentan con impunidad de facto para perpetrar contra las mismas personas el principio calumnia, que algo queda. Probablemente, todas las personas con cualquier actividad política en el seno de dicho partido han sido víctimas de la respuesta aquí analizada, porque aquellas castas se afanan por ejecutarla y satisfacer así el deseo de sus dueños.

Y a todas aquellas víctimas debemos manifestarles no solo nuestra gratitud, sino también nuestro compromiso de trabajar con ahínco para que su sufrimiento deje de ser una realidad lo antes posible.

Una consideración aparte merece el efecto disuasorio o intimidatorio de tal respuesta en quienes hayan barruntado participar en política en el seno de PODEMOS, porque podría haber sido demoledor. Sin embargo, que se sepa, aquel efecto ni siquiera ha sido analizado.

Es obvio que el impacto o alcance de la difamación objeto del libelo del escritor Torres aquí analizado dependerá de en qué medida los restantes medios de la casta lo divulguen. Y junto al impacto así alcanzado, deberá ponderarse su efecto disuasorio sobre aquellas personas que barrunten participar en política en el seno de PODEMOS; este efecto disuasorio o intimidatorio podría ser más demoledor aún que el causado por aquella respuesta de quienes ostentan el poder del dinero recién analizada, porque se consigue al difamar a personas que simplemente se han planteado participar en política si resultaran electos para ello en el seno de PODEMOS, como podría ser el caso del actor cómico Pepe Viyuela aquí analizado. Se trataría pues, de un efecto disuasorio o intimidatorio de carácter preventivo que debería analizarse no solo para denunciarlo, sino también para tratar de combatirlo. 


DdA, XIV/3460

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