El papa Francisco saluda al obispo de Salamanca
Félix Población
El obispo López,
que nació en la localidad abulense de Papatrigo y lo es de la diócesis de Salamanca, no ve con buenos ojos -aunque la cosa sea
cuestión de oído- que durante las tradicionales procesiones de Semana Santa que
tienen lugar en la ciudad del Tormes se deje notar el acento andaluz entre quienes participan activamente en su andariego sostenimiento.
Así se lo hizo
saber el prelado -según nueva difundida hace unos días por un diario local- al
llamado Consejo de las Cofradías, especificando que el tal acento lo empleaban
al parecer con reincidencia los jefes de paso o capataces que entienden de esos cortejos. El presidente del
mencionado consejo ha participado la inquietud de su eminencia a los 17
hermanos mayores del mismo, se supone que para acordar una decisión al
respecto que sea menos dañosa a la escucha de su eminencia.
La única razón
aportada por el obispo López es la de no entender que los aludidos se manejen
habitualmente en el castellano de Castilla durante todo el año y llegados a las fechas de los
desfiles procesionales hagan uso en su tránsito del acento del sur, más concretamente del sevillano, para
echar al aire expresiones tales como levantá o chicotá,
según copia literal de las que se citan en la noticia.
Ha
llegado a decir monseñor López Hernández, sin reparar en la
historia de la confesión que representa, que ese acento suena mal en
Salamanca, lo cual en una persona de su formación y credo es desliz de
una cierta entidad, pues con acento del sur de España se hizo nada menos
que la mayor parte de la evangelización de América, tal como la iglesia
católica ha inculcado pertinazmente desde siempre a la feligresía de nuestro país.
Parece que en el
ánimo del señor obispo está el propósito de recastellanizar
fonéticamente a los capataces con sintonía andalusí para que estén a
juego con la sobriedad y austeridad ambiental y tipológica tradicionalmente adscritas al terruño,
sin
contaminación ceceante alguna proveniente de las afamadas procesiones
sevillanas.
Cabe preguntarse si su eminencia no tiene en los tiempos corrientes –tan azarosos
para los más desfavorecidos- asuntos de más enjundia social y propia de
su ministerio que lo los derivados de la ingerencia del acento andaluz
en el habla de los jefes de paso semanasanteros.
DdA, XIV/3470
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