Julián Aceitero Gómez
David Torres, escritor y columnista, en su artículo “Segunda epístola a los corintios y corintias”,
publicado el día 29 del pasado mes en el ‘blog’ Punto de Fisión del diario
Público (1), escudriña la carta
que el Secretario General de PODEMOS,
Pablo Iglesias Turrión, había dirigido el día anterior “a los inscritos e inscritas” [sic] de su partido (2). Y el adverbio sic señala
lo que el citado escritor considera un “pequeño tropiezo gramatical” de aquel dirigente
político, pero lo reconsidera, inmediatamente, argumentando que quizá no sea “tan pequeño si uno piensa que lo primero que
debe respetarse a la hora de entenderse es la gramática”.
Sin
embargo, ni siquiera es necesario ser un buen
entendedor para saber que Pablo Iglesias dirigió aquella carta a las
personas inscritas en dicho partido, indistintamente, hombres y mujeres; y para
diferenciarlas, precedió “inscritos” del artículo determinado correspondiente -los-, pero no precedió “inscritas” del correspondiente
-las-, incurriendo así en el “pequeño tropiezo gramatical” que el
escritor David Torres le afea. Pero, quizá, este escritor fuese excesivamente riguroso
o hilase muy fino al hacerlo, máxime
si se tiene en cuenta que incurre en el mismo “tropiezo gramatical” al titular el
artículo en el que lo denuncia: “Segunda epístola a los corintios y corintias [sic]” (1); no obstante,
es posible que así lo titulara para enfatizar con sorna aquel “pequeño tropiezo gramatical” del máximo
dirigente de PODEMOS.
En cualquier caso, el escritor David Torres, al titular
así el artículo, relaciona aquella carta que Pablo lglesias, como Secretario
General, envió a las personas
inscritas en dicho partido político, cuyo laicismo es inequívoco, con aquella
epístola que el apóstol san Pablo enviara a los fieles cristianos; tal
relación, pues, habría sido su recurso, no precisamente sutil, para tildar de
mesiánica la carta de Pablo Iglesias.
Lo anterior apunta a que el escritor David Torres, al
desarrollar su artículo así titulado, divulga infundios contra Pablo Iglesias y
como muestra bien vale un botón, valgan
los obvios en esto que cuenta: Que sus amigos podemitas al
escuchar “la epístola de Pablo [Iglesias] iban quedando entre estupefactos y rabiosos, con todas las paradas
emocionales intermedias”, particularizando que “a uno le latía una vena en la sien, a otro le temblaba un ojo y a otra le daba la risa floja”, porque “no se podían creer que Pablo sacara a la
abuela del armario [sic] para empezar”
a disculparse; y a la última frase transcrita se añade aquí el adverbio sic para enfatizar su literalidad, porque
lo que en la misma se afirma de Pablo Iglesias es una falsedad, que a
continuación se denuncia.
En efecto, sacar
a alguien del armario es una frase
hecha que se usa para hacer pública alguna característica de una persona
que ésta prefiere mantener en secreto, como pueda ser su opción política (3). Pues bien, basta escuchar a doña
Teresa Torres Peral, la abuela de PODEMOS,
en el audio de whatsapp que envió a Pablo Iglesias para constatar, inequívocamente,
que ella explicita que este partido es su opción política y la de su marido (2),
lo que destapa la falsedad de que Pablo Iglesias la sacara del armario.
En mi
opinión, pues, el escritor David Torres habría fabulado esta histriónica reacción emocional de sus amigos podemitas para aparentar una
crítica visceral de los propios militantes de PODEMOS contra su Secretario General, siendo esta mentira su
particular contribución a la ejecución del principio DIVIDE Y VENCERÁS que quienes ostentan el poder del dinero han dispuesto
contra los dirigentes de dicho partido, para así aniquilarlo.
NOTAS
Colgado como “hilo” en PlazaPodemos. Disponible en el vínculo:
DdA, XIV/3429
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