Agradezco a mi estimado colega Rafael Jiménez Claudín, de Periodistas en Español (PE), donde también colaboro, el buen uso que hace de la hemeroteca para recuperar un año después el artículo que publiqué tanto en DdA como en PE el 23 de diciembre de 2015 bajo el titular Y si el PP gobierna y el PSOE se rompe. Ahí va.
Félix Población
Ayer escuché a distintos analistas y/o todólogos, de esos que
proliferan por emisoras y platós de televisión sin que los sustituyan
otros porque al parecer tienen plaza fija en esos medios, que sería
conveniente un gobierno estable -al estilo del que preconiza don
Mariano- y que para eso nada mejor que un pacto o gran coalición entre
el Partido Popular y el Partido Socialista, con los retoques y
maquillaje que sea menester.

Si eso se llegara a producir, ante las opiniones vertidas por los
santos barones del PSOE en contra de un acuerdo con Podemos e Izquierda
Unida más los que fueren, no tengo ninguna duda acerca del enojo que tal
alianza causaría entre la mayor parte de la militancia socialista.
Incluso podría darse el caso de que el partido se dividiera, con los
consiguientes efectos negativos para su porvenir, que serían todo lo
contrario para el partido conservador.
Porque cuando el dios González habló de la posibilidad de esa gran
coalición, al estilo alemán al que don Felipe tanto debe, parece como si
González Márquez no reparara -o le fuera indiferente- el distintivo que
la derecha española se ha venido marcando a los largo de los pasados
decenios, en nada parecido al de cualquier derecha democrática europea.
La de aquí, a más de ultramontana en la observancia de la memoria
histórica (léase a la lideresa Aguirre), es una derecha corrupta hasta
la cachas y que -como bien saben los socialistas durante la primera
legislatura de Zapatero- atacó al gobierno del PSOE de una manera infame
a cuenta de la política antiterrorista que, finalmente, acabó con la
trayectoria criminal de ETA.
Por todo esto, y por lo que la siglas del PSOE siguen representando
para muchos militantes, parece inconcebible que se hable de una gran
coalición cuando, además, el partido más votado ha sido durante la
pasada legislatura el responsable de una gobernación nefasta , que ha
reducido drásticamente derechos civiles y sociales como ningún otro
ejecutivo había hecho a lo largo del vigente periodo democrático.
Si eso que ayer ventilaban analistas y/o todólogos por emisoras y
platós de televisión llegara a suceder, estoy convencido de que muchos
de los votantes del PSOE se arrepentirían de su decisión y habrían
incrementado los cinco millones y pico de votos logrados por Podemos el
pasado domingo. Si no lo hicieron es porque hasta ese día pensaban que
PSOE y PP se diferenciaban en algo que les hacía incompatibles para
gobernar juntos.
DdA, XIII/3422
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