Félix Población
Lo más llamativo a mi juicio de la última encuesta del CIS no es
que el PSOE se haya situado en su mínimo histórico, con un 17 por ciento de
votos y a más de cinco puntos de los resultados obtenidos en las pasadas
elecciones de junio. Tampoco que, pese a coincidir el sondeo demoscópico con
los juicios de la trama Gürtel y las tarjetas Black, el Partido Popular siga
subiendo y duplique ya al Partido Socialista en estimación de voto.
Lo más
significativo es que se haya incrementado la abstención y que, al día de hoy,
Unidos Podemos apenas haya podido superar el porcentaje logrado en los
últimos comicios, con unas cuantas décimas tan solo sobre el 21 por ciento. Dado que el número de puntos perdido por el PSOE viene a
coincidir con el incremento de la abstención, tengo para mí que el
desfondamiento del partido de Pablo Iglesias Posse en la encuesta -realizada una
vez producido el desastre del comité federal de la traición- ha dejado a una parte del
electorado que votó a Pedro Sánchez a la expectativa de lo que pueda proyectar
éste de cara a una próximas primarias.
Se habla en este sentido de un
reforzamiento del ex secretario general por parte de Josep Borrell, que podría
contar con un apoyo notable entre la militancia. Lo que cabe esperar, ante ese congreso
extraordinario, es que su convocatoria se dilate en el tiempo por parte de la comisión gestora mientras avanza
la legislatura, con la esperanza de que se difuminen las heridas. Claro que puesta a rodar la legislatura, también contará el papel a jugar por el PSOE en la oposición para que ese otro
partido de Sánchez/Borrell pueda tener expectativas de victoria en unas
primarias.
De momento, el Partido Socialista se ha ganado a pulso ese mínimo
histórico en votos, sin que muchos de sus electores habituales hayan optado hasta el momento por
incrementar más a la izquierda los de Unidos Podemos. ¿Cuál puede ser su destino? ¿El de un segundo partido socialista? Lo veo cada vez más cerca.
DdA, XIII/3381
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