Mueren más
personas en España por pobreza energética que por accidentes de tráfico.
Y los ricos siguen enriqueciéndose y los pobres son cada vez más
pobres.
Juan Carlos Monedero
Siempre que hay que dar entrada a los Reyes hay que exagerar el teatro.
¿Quién puede creerse lo de la sangre azul en el siglo XXI? Rafael
Hernando ha llamado “payasos” a los diputados de Unidos Podemos. Hay que
hacerle caso porque él sabe mucho de teatros. Y de circos. Aunque sobre
todo de payasos. Por eso, Rita Barberá espiaba detrás de una cortina
para ver cuándo hacía su entrada en un besamanos con aire de Sissi
Emperatriz. Las hijas de los Reyes lloraban de miedo al ver que se
acercaba la bruja de la casa de chocolate. Celia Villalobos justificaba
que Senadores del PP se sentaran en el arranque de la legislatura en los
escaños de Podemos. Ordenar el congreso es una variante del candy
crash. Dice que los de Iglesias van en “manadas”. En el PP no hay
manadas, hay familias. Pero se llaman “famiglia”. Cuando pelean lo hacen
por las acequias, los cursos de agua y las lindes del terreno.
Disputan, siempre, los dineros. Nada personal. Ahí está Fernández Díaz,
Presidente de Comisión porque es del Opus y de una famiglia del PP. Vaya
papelón que está haciendo Antonio Hernando. Shakespeare va a resucir a
hacerle una obra. El rey, que es más personaje de Oscar Wilde, dice que
la plegada del PSOE al PP de la Gürtel ha solventado el problema de
gobernabilidad. Queda invitado a la facultad de políticas: ha solventado
el gobierno, no la gobernabilidad. Son conceptos bien diferentes. La
gobernabilidad sigue en cuestión porque, por ejemplo, mueren más
personas en España por pobreza energética que por accidentes de tráfico.
Y los ricos siguen enriqueciéndose y los pobres son cada vez más
pobres. Los demás somos payasos. Quizá. Pero no hay nada más terrible
que un payaso enfadado porque la bailarina se cae todos los días del
trapecio y se hace mucho daño. Y, además, se alumbra con velas.
DdA, XIII/3390
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