Estados Unidos supone el 5% de la población mundial. Sin
embargo, esa minoría demográfica coloniza absolutamente nuestra
mentalidad, no solamente nuestra economía.
Anónimo*
Veo mucha desazón, sorpresa y malestar por la victoria de Trump, así que para variar me ha apetecido escribir algo polémico.
Lo primero es que han perdido todos los
lobbies macroeconómicos, toda la maquinaria mediática y todo el aparato
político tradicional estadounidense. Han perdido los tertulianos y el
genio que hace las encuestas en USA. Han perdido todas las instituciones
internacionales y grupos de presión. Han perdido el PP y el PSOE, que
apoyaban a Hillary. Ha perdido Pedro Sánchez, que como no tiene bastante
con lo que tiene aquí, fue a hacer el mamarracho a Estados Unidos para
mostrarle su consideración a Clinton. Los estadounidenses tienen una
palabra muy interesante para todo esto: el establishment. Es el
establishment el que ha perdido. Cuando hablamos de ese “capitalismo
salvaje” y de todas sus consecuencias, desde las privatizaciones, la
competitividad, la deslocalización industrial, el individualismo, la
economía especulativa, el TTIP, la ingeniería financiera, el cambio
climático… estamos hablando de ese establishment que ha sido derrotado
por un advenedizo. Ha perdido Hillary Clinton, criminal de guerra, con
una enorme responsabilidad solo en la última década en lo que ha
sucedido en Honduras, Ucrania, Siria, Libia, Afganistán, Palestina,
Yemen o Irak (sí, apoyó la invasión de Irak en 2003). Ha perdido la que
era la candidata preferida de Al-Qaeda (no lo digo yo, lo dicen los
talibanes: enlace).
No me cansaré de repetirlo: la fundación Clinton ha recibido un montón
de pasta del sumidero de mierda wahabita que son los regímenes del Golfo
(Qatar, Arabia Saudí, Kuwait…), los mismos que financian al Estado
Islámico. Sinceramente, Hillary ya había demostrado todo lo que tenía
por demostrar.
El muro entre México y Estados Unidos
del que tanto se habla ahora no es un sueño húmedo de Trump; ya lo
empezó a construir Bill Clinton en el ‘94 y su existencia le ha costado
la vida a miles de mexicanos y latinos. Lo que pasa es que la propaganda
nos hace olvidar ciertas cosas. Por ejemplo, nos hace olvidarnos de
nuestros muros y nuestros Tarajales (15 muertos, 16 exculpados, ningún
responsable y la causa archivada). En los dos mandatos de Obama se ha
deportado a tres millones de inmigrantes, siendo el presidente que más
ha deportado (más que Bush, Clinton, Bush Padre y Reagan juntos: enlace). Hillary Clinton, aka “la esperanza de los latinos” era del mismo parecer, solo variaban los números pero no el fondo.
¿Y quién ha ganado? Pues un monstruo,
que es el monstruo de la sociedad estadounidense. Porque no nos
engañemos, tienen lo que se merecen como nosotros tenemos lo que nos
corresponde. Porque el problema no es Donald Trump ni sus ‘exabruptos’,
el problema es la sociedad estadounidense y los valores hegemónicos
entre la mayoría, que sustentan todas y cada una de sus declaraciones.
¿Que es racista? Pues claro, como la sociedad estadounidense lo es,
empezando por buena parte de los latinos y muy especialmente los de
Florida, de origen cubano y boricua; unos huyendo de Castro y otros de
conquistar su propio país, la última de las colonias en el continente.
Ya les habéis visto defendiendo que no lleguen más inmigrantes latinos,
que les quitan el trabajo y les dan mala fama… ¿Que Trump es machista?
Pues claro, producto de la sociedad asquerosamente patriarcal de los
EEUU. En ese país, una de cada cinco mujeres universitarias es víctima
de abusos sexuales (enlace)
¿En serio nos extraña que “le perdonen” los comentarios que hizo? Si es
que no tienen nada que perdonarle porque Trump piensa de las mujeres
exactamente como ellos piensan, y tristemente como muchas mujeres se ven
a sí mismas. Pero si hasta la “candidata feminista”, Hillary, por no
tener, parece que no tiene derecho ni al apellido propio… ¿Qué Trump es
un ricachón, explotador y especulador? Obviamente, porque esa es la base
del pensamiento del “american dream”. Para los estadounidenses eso no
es un hándicap sino una inspiración. Trump tampoco me preocupa en
exceso, porque pronto será absorbido por el establishment, ya veréis. Y
en cualquier caso, ya lo decían hace muchas décadas versionando a Lenin:
“el fascismo es la fase superior del capitalismo”.
Pero además de ese monstruo, han
triunfado unas ideas interesantes, que son las de la recuperación de la
soberanía nacional frente a la globalización económica. Son las mismas
ideas que triunfan por toda Europa –incluido el Brexit- y Rusia,
encabezadas por la derecha populista y el protofascismo, porque la
izquierda está en coma profundo, se ha olvidado de sus principios y está
a verlas venir, una detrás de otra. El mundo que conocíamos se muere
definitivamente. Estamos en el interregno, que diría Gramsci: lo viejo
muere pero lo nuevo no acaba de llegar. Nos parecemos cada vez más a los
años 30, pero ahora sin referentes para la izquierda. Desde que la CIA
desarticuló a los Panteras Negras, no ha existido oposición al Régimen
en los Estados Unidos. Lo más parecido que ha habido desde entonces ha
sido el Occupy Wall Street y la candidatura a las primarias del Partido
Demócrata de Bernie Sanders y sus propuestas socialdemócratas. Yo de
estas elecciones lo único que espero es que sean los estadounidenses los
que purguen sus pecados y paguen el precio de sus experimentos, y no
los sirios, los cubanos o cualquiera que se ponga a tiro del famoso
botón rojo.
Y una última reflexión de carácter
cultural: Estados Unidos supone el 5% de la población mundial. Sin
embargo, esa minoría demográfica coloniza absolutamente nuestra
mentalidad, no solamente nuestra economía. He hecho una prueba porque
venía intuyéndolo de hace tiempo y me ha servido para corroborarlo. Os
enlazo una imagen con las películas que pueden verse en un cine
comercial de Valladolid. 13 salas, 12 películas, 11 estadounidenses y
una española. Cero películas rusas, cero chinas, cero indias, cero
europeas, cero africanas, cero latinoamericanas. Os invito a que
escuchéis los 40 principales, Cadena 100, la Máxima o cualquier otra
cadena y exploréis estas proporciones en cuanto a la música. Se me
ocurren más ejemplos, pero no abundaré en ellos. ¿Debe tener un país que
encumbra a Trump a la presidencia esa hegemonía cultural sobre
nosotros? ¿Qué nos están transmitiendo?
Salud y buenos alimentos
*Artículo publicado respetando el deseo de anonimato del autor y facilitado por el compañero Julen Lizaso./IndictivaDebate.
DdA, XIII/3385
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