Félix Población
El último número de la revista La Marea, correspondiente al
mes de noviembre, publica un documentado y extenso dossier sobre Felipe
González, que tiene especial interés por la influencia que este señor ha tenido
y sigue teniendo en el Partido Socialista, según acabamos de comprobar con el
retablo valleinclanesco suscrito por sus fieles discípulos bajo el epígrafe Traición a puñaladas en el seno del
comité federal. Recomiendo vivamente la lectura del mismo, así como la de
una publicación que se está ganando un lugar de honor en el periodismo crítico
que se hace en este país.
De entre todas las variantes de la personalidad política de
González que se analizan en el dossier (negocios, amistades, vinculaciones con
el grupo PRISA y el Ibex 35, escándalos de corrupción y crímenes del GAL), me ha
interesado especialmente la que hace referencia al traje de pana del mentado,
aquel uniforme con el que se presentó a la opinión pública a modo de simbología más idónea
en defensa del proletariado. Tal como señala el excelente periodista Antonio Maestre en el
correspondiente artículo de La Marea, el destino que tuvo esa prenda bien
podría significar lo que a la postre fue el ex presidente y a quienes sirvió y
debe su lealtad.
El traje de pana acabó en poder de Enrique Sarasola, gracias
a la estrecha amistad entre el empresario vasco y don Felipe. Ese vínculo se
gestó cuando el ex secretario general del PSOE llegó a Madrid en la primavera de 1975 y Sarasola le compró
a González un Seat 131 y le alquiló un piso en la calle Jacometrezo. A partir
de ahí, y a través los importantes negocios que el empresario tenía en Colombia,
Sarasola puso en contacto a González con líderes tales como el presidente
venezolano Carlos Andrés Pérez, el del caracazo de los 200 muertos, el dictador panameño Trujillo o
el narcotraficante Pablo Escobar, presente en la cena de investidura de
González como presidente del Gobierno en 1982.
La relación entre el ex líder del PSOE y Enrique Sarasola
tuvo incluso su importancia para que el partido dispusiera en propiedad del edificio que
ocupa en la calle Ferraz, en el mismo edificio en el que murió Pablo Iglesias,
lo que no deja de ser un mérito más para que el traje de pana empleado por
González para representar lo que no fue se quedara en poder del empresario. Sarasola fue uno de los
consejeros áulicos seleccionado por don Felipe en razón a su dedicación al medro personal,
a meter mano, a hacer negocios -tal como explica Pablo Castellanos a José
García Abad en Las mil caras de Felpe González-, porque un día el líder
carismático descubrió que era mucho más interesante y rentable ser el líder
crematístico.
En el dossier no falta un capítulo para las relaciones entre el ex presidente del Gobierno y Juan Luis Cebrián, dado que el diario El País y el PSOE son dos metáforas clave del proceso experimentado a lo largo de los últimos cuarenta años, desde la Transición hasta l0 que Pere Rusiñol llama la caída y el fango. Son las dos caras de una misma moneda que simboliza el régimen del 78. El resultado tiene su cabal expresión numérica: El País ha perdido desde 2008 el 49 por ciento de sus lectores y el PSOE, el 52 por ciento de sus votantes.
¿Viniendo de ese completo y documentado dossier, del que es protagonista Felipe González el Conseguidor, todavía le damos valor informativo a exclusivas manipuladoras como la de la de la SER de ayer con la venta del pisito de sesenta metros cuadrados de Ramón Espinar? Vomito y admiro a Espinar por saber evitarlo con tanto temple.
DdA, XIII/3376
2 comentarios:
Magnífico Félix. Un orgullo contarme entre tus amigos
Gracias, Javier. Lo mismo te digo. A ver si nos vemos pronto.
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