Félix Población
Un total de
dieciséis páginas ocupa la interesante entrevista que Salvador López Arnal hace a Alberto
Garzón, coordinador general de Izquierda Unida y diputado en el Congreso
por Unidos Podemos, en el número de El viejo topo correspondiente a este
mes de noviembre. Se trata, como es sabido, del político mejor valorado
actualmente en España, por lo que la interviú resulta muy clarificadora sobre
diversas cuestiones de actualidad.
Para Garzón,
con relación a los no esperados resultados de Unidos Podemos en los comicios de
junio, se hizo una campaña electoral muy caótica y con muchos fallos, con giros
inesperados en el discurso oficial, que perdió frescura y abusó de moderación,
quizá por la dinámica de responsabilidad marcada por las encuestas favorables.
Entiende Garzón que en España no existe un proyecto político de país, de
sociedad, que pueda unir, más allá de ser la periferia de Europa y la mano de
obra barata del sistema-mundo. La crisis ha alimentado la frustración de la
gente y la canalización de ese sentimiento en Cataluña ha sido el movimiento
independentista. La posición intransigente y anticatalana de los gobiernos
bipartidistas de Madrid ha servido además de incentivo a esa tendencia en alza.
El
coordinador de Izquierda Unida considera que la España que le preocupa a Susana
Díaz no es la de la clase trabajadora, sino la de las grandes empresas y las
grandes fortunas. El PSOE ha sido y es un partido del régimen. El fraude
democrático de su comité federal el pasado 1 de octubre es expresión cabal de
la crisis del régimen que vivimos. En España han gobernado las élites
económicas que financian ilegalmente a los partidos políticos y se benefician
de indemnizaciones multimillonarias concedidas por los gobiernos de turno. La
crisis, según Garzón, ha servido para demostrar que el PSOE es una estructura
orgánica al servicio de la oligarquía, sostenida por militantes y votantes de
la clase trabajadora que se identifican con la izquierda política. La explosión
de esta contraposición puede generar un cisma de suficiente envergadura como
para que la clase trabajadora pueda reorganizarse en un instrumento capaz de enfrentarse
a la oligarquía con éxito, así como construir un modelo de justicia social. Esa
es la tarea que le corresponde a Unidos Podemos.
Dentro de
las páginas dedicadas a la hemeroteca de la revista con motivo de su
cuadragésimo aniversario, en este número 346 podemos leer un magnífico artículo
de periodista Luis Ramírez (Luciano Rincón), publicado en 1978, y
que lleva por titular Fulgor y muerte de
Francisco Franco. El texto termina con unas frases del manifiesto de Las
Palmas, escrito por el propio dictador y fechado en Santa Cruz de Tenerife el
18 de julio de 1936, que Rincón estima un epitafio cierto sobre su tumba
histórica, pues emite un juicio definitivo sobre su régimen y sobre su propia
vida al repasar las condiciones por las que es preciso sublevarse contra la
República: “Los estados de excepción y alarma solo sirven para amordazar al
pueblo y que España ignore lo que sucede fuera de las puertas de sus villas y
ciudades, así como para encarcelar a los pretendidos adversarios políticos”. Así
fue.
Aparte de un
análisis de Eduardo Luque y Bashar Barazi sobre lo que significará
la batalla de Alepo en el devenir del conflicto sirio (Siria: caen las máscaras), podemos leer en El viejo topo una
entrevista con Vicente Serrano,
autor del libro El valor real del voto, en el que propone una reforma de la ley
electoral en la que se conjugue proporcionalidad y gobernabilidad, y que sea más
justa y eficiente que la actual. Tal propuesta no se parece a ninguna otra de
las que han ido apareciendo en los últimos años. La clave está en que el valor
del voto de los ciudadanos sea el mismo, independientemente de dónde voten o a
quién voten. Que salga elegido un senador por poco más de 4.000 votos y otros
cuesten hasta 1.100.000 parece un chiste, pero es una realidad.
Un artículo
de Boaventura de Sousa Santos,
titulado La incertidumbre, entre el miedo
y la esperanza, y otro de Higinio
Polo sobre la excelente escritora italiana Natalia Ginzburg (Natalia
Levi), completan con el de Eduard
Subirats (Para Salir de una edad oscura) el índice temático de este mes de la revista.
DdA, XIII/3383
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