Antonio Aramayona
Hay “un vicio del razonamiento
que consiste en poner por antecedente [presuponer] lo mismo que se quiere
probar” (RAE). Veamos un ejemplo: “Llega tarde,
porque trae retraso. ¿Por qué trae retraso? porque no ha llegado a su hora” o, mirando
algún lamentable pseudo-argumento frecuente en la vida cotidiana de algunas
familias: “Estoy en lo cierto, porque yo soy tu padre, y los padres
siempre tienen la razón".
En el fondo, se afirma la misma idea en la premisa y la conclusión, por lo
que no se prueba nada (“Me gusta el coñac, porque es
mi bebida favorita”. “Buda es mi guía y maestro porque yo soy su discípulo”).
A este pseudo-argumento, muy utilizado en
política, religión y en casi todos los ámbitos donde se cuelan ideologías
tramposas se le llama más técnicamente “petición de
principio” en latín, petitio principii.
En esencia, utiliza como presupuesto lo mismo que se afirma en la conclusión, pus
una demostración no puede apoyarse en su conclusión, pues algo no puede ser
probado por sí mismo. (—Este colegio es muy exigente.
—¿Por qué? —Porque aquí se exige mucho a los estudiantes)”. “Todo lo que dice la Biblia es verdadero por ser Palabra de
Dios y Dios existe porque lo dice la Biblia”.
No otra cosa hace Tomás de Aquino con sus “vías”
para demostrar la existencia de dios (aun suponiendo 1 y 2 –en filosofía
moderna y en física tal lenguaje es obsoleto y los conceptos vetustos y caducos-,
3, 4 y 5 son sacados de un presupuesto que el teólogo tenía en la cabeza antes
del inicio de la argumentación.
1: Todo tiene
una causa.
2: Una causa
es efecto de una causa anterior.
3: No se
puede seguir indefinidamente en la cadena causal.
4: Es
necesario llegar a una Primera Causa que no es efecto de nada.
5: Éste es el
que todos conocen por Dios.
—La tele
produce sueño porque es soporífera. —¿Por qué es soporífera? —Porque produce sueño.
Estamos utilizando una afirmación
inicial que dice lo mismo que la conclusión, estamos incurriendo en un círculo
vicioso. Nada se prueba, pues tras la apariencia fugaz de prueba solo hay una
repetición.
Si
hubiese un referéndum sobre Cataluña, ganarían los catalanes responsables. ¿Y
quiénes son catalanes responsables? Los que ganen el referéndum.
Otras
veces no se presenta de una forma tan burda, sino que se intenta disfrazarlo
con expresiones equivalentes en el fondo, aunque no en la forma: ¿Por qué es preciso que el varón ganes más dinero que la
mujer? — Porque es el varón ¿Por qué tiene que cobrar más el varón? Porque ha
de sostener a la familia”.
¿Por qué
mueren tantos jóvenes de accidente de carretera?
Porque los accidentes de carretera son una de las causas más frecuentes de mortalidad en los jóvenes.
Porque los accidentes de carretera son una de las causas más frecuentes de mortalidad en los jóvenes.
Otras veces la petición de principio
se basa en que lo que presuponemos al inicio es una mera opinión.
1) Todos
los pederastas han de ser castigados en este mundo o en el otro. 2) Pero hay pederastas
que no son castigados en este mundo.
3) Por lo tanto, lo serán en el otro.
3) Por lo tanto, lo serán en el otro.
En 1) se da por supuesto algo que no
está probado y que no todo el mundo acepta. 3) es una simple creencia u
opinión. Quien así argumenta espera que 1) sea aceptado por el interlocutor; de
lo contrario, todo el argumento cae como un castillo de naipes. Esta artimaña
la cometen con frecuencia quienes parten de supuestos religiosos o ideológicos
que consideran indiscutibles (Todo discurso ideológico se apoya necesariamente
sobre un presupuesto que no cuestiona. Eso es ni más ni menos la “fe”: te lo
crees o no te lo crees).
Solo un Gobierno PP-PSOE-
Ciudadanos garantiza la estabilidad y la sensatez. Que entren en un Gobierno
Podemos, IU o similares nos conduce a la inseguridad y la precariedad.
En todos estos ejemplos, se da por
supuesto algo que no está probado: ¿por qué solo un Gobierno PP-PSOE-
Ciudadanos garantiza la estabilidad y la sensatez? Incluso entran aquí
afirmaciones tan bastardas como “si lo han detenido,
algo habrá hecho”, etc. O en publicidad, partiendo de premisas no
probadas: la mayor parte de los dentistas recomienda
Dentifrux. “España en serio. Vota PP”, “Un
futuro para la mayoría. Vota PSOE”, “Con ilusión.
Ciudadanos”. “Un país contigo. Podemos”. “(Im)possible. Democràcia i Llibertat”. “Por un nuevo país. IU-Unidad Popular”. “Más España. UPyD”.
Quieren decir tanto que nada dicen.
Los lemas y eslóganes son pueden ser fácilmente intercambiables. Búsquese
marcas de detergentes, leche, desodorantes, cereales, legumbres envasadas,
grandes superficies, etc. etc. y puede afirmarse más o menos lo mismo.
¡Ojo al parche!, como decía uno en
las noches radiofónicas, confundiéndolo con ¡oído al parche!, de origen bélico,
para significar que hay que prestar mucha atención al sonido de los tambores
(“parches”) enemigos.
DdA, XII/3210
No hay comentarios:
Publicar un comentario