Lazarillo
Hoy tocó bajar del campanario de la iglesia el cuerpo sin vida de
una pobre cigüeña que intentaba hacer su nido, pero para evitarlo
pusieron unos terribles hierros en punta; ella lo intentó pero en una de
las bajadas se clavó los hierros. Siglos anidando en los campanarios y
ahora también hay a quienes les molesta… Con la Iglesia hemos topado.
Lo cuenta Pilar en su muro de Facebook. Una cigüeña quedó ensartada, tal como aparece para escarnio de la humanidad que se nos otorga a las personas, por las letales defensas -en evitación de que anidara- que el párroco de la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias instaló o autorizó en el campanario y cuyo angustioso y agónico desenlace clama a los cielos, tan sabia y donosamente surcados por estas hermosas aves. La atrocidad, propia de una mente depravadamente cruel, ocurrió en la localidad cacereña de Navalmoral de la Mata, que por muchos encantos que pueda tener para sus vecinos y visitantes quedará marcada por semejante estigma, perpetrado al parecer por un tal don Felipe. Dios lo perdone. Yo no. Ni tampoco debería perdonarlo el SEPRONA, que para eso está.
DdA, XII/3227
No hay comentarios:
Publicar un comentario