Lazarillo
Al ministro Fernández, que lo es de Interior, le da vergüenza que se utilice políticamente a los niños. Lo dice por el bebé de la diputada de Podemos Carolina Bescansa, que ayer lo llevó al Congreso y le dio de mamar in situ porque era la hora de la teta. No creo que al ministro Fernández le pareciera en su día lamentable o le resultase vergonzoso que aquellas manifestaciones nacional-católicas contra le ley del aborto o el matrimonio homosexual (con los obispos pancarteros a la cabeza), durante el gobierno de Rodríguez Zapatero, utilizaran políticamente a centenares de niños. El ministro Fernández Díaz tenía ayer un mejor motivo para sentir vergüenza y no lo declaró: los portavoces de Podemos en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, Rita Maestre y José Manuel López, fueron minuciosamente cacheados a su entrada al Congreso por si pudiesen portar pancartas en la tribuna de invitados. Justifica la medida el ministro por desconocer los funcionarios policiales la identidad de ambos, identidad que hubiera sido fácil discernir mediante la solicitud de la correspondiente documentación. También el diputado imputado Gómez de la Serna, dentro del Congreso, da mucha más vergüenza que el paciente bebé Diego, tan formalito durante toda la sesión.
DdA, XII/3184
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