Antonio Aramayona
Nos están inflando de noticias sobre
posibles pactos de Gobierno en España, con PP, PSOE y Ciudadanos, como
principales protagonistas, dado que los grandes poderes financieros y políticos
españoles y europeos desean que nada cambie y todo permanezca. Desde los
repetidos cantos de sirena de la emergencia nacional que supone el peligro de
que se rompa España y la necesidad de mantener la supuesta mejoría económica
lograda por el Gobierno de Mariano Rajoy, presionan y presionan desde dentro y
desde fuera a Pedro Sánchez para que facilite cuanto antes esa coalición, con
su apoyo directo y explícito o al menos mediante la abstención de su Partido,
el PSOE.
Entretanto (¡misión cumplida!), no se
informa de que desde hace meses la
Comisión Europea, escéptica sobre el cumplimiento por parte de España de sus
objetivos de reducir el déficit público al 4,2% y al 2,8 % en 2015 y 2016,
respectivamente, ha comunicado que para corregir tales desvíos de déficit España
deberá acometer otros recortes por 10.000 millones de euros adicionales a los
Presupuestos aprobados “manu militari”
con la mayoría absoluta del anterior Gobierno del PP.
10.000 millones más de recortes, a
sumar a lo ya recortado desde 2010 y a lo previsto de recortar en 2016. 10.000 millones
de euros a costa de los servicios públicos y as necesidades de la clase
trabajadora, de la ciudadanía y del pueblo. La única forma de afrontar tales
recortes tan impopulares un Gobierno es logrando que sean varios palos los que
aguanten la vela y compartan las protestas.
Obedientemente, Rajoy presentaba el
otoño pasado en Bruselas sus Presupuestos y la Comisión Europea la le advirtió
de que corría el riesgo de incumplir las
reglas de consolidación fiscal de la eurozona, a tenor de lo
constitucionalmente consolidado tras la reforma del artículo 135 de la
Constitución de 1978. Dijsselbloem en una rueda de prensa tras una reunión del
Eurogrupo, del que es Presidente, pronunció unas palabras que siguen grabadas a
fuego sobre el futuro de muchos españoles y españolas: "El gobierno
español no adoptará ninguna medida. Esta
tarea se dejará al próximo gobierno que, si fuese necesario, tomará las medidas necesarias para
garantizar que el presupuesto cumpla con las reglas".
Desde mi punto de vista, solo quedan
a la ciudadanía dos formas de oponerse realmente a esta nueva demolición de
nuestros derechos y libertades: la HUELGA GENERAL INDEFINIDA y la DESOBEDIENCIA CIVIL generalizada y
pacífica.
DdA, XII/3189
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