domingo, 31 de enero de 2016

DÍAZ DISPUTARÁ A SÁNCHEZ EL LIDERAZGO DEL PSOE ANTE UNAS ELECCIONES ANTICIPADAS


De izquierda a derecha, los presidentes de Asturias, Javier Fernández; Andalucía, Susana Díaz, y Extremadura, Guillermo Fernández Vara, durante la reunión del Comité Federal del PSOE celebrada ayer. / Juan Carlos Hidalgo (Efe)

Luis Díez

La cuestión de fondo del Comité Federal del PSOE celebrado el sábado era la preparación del congreso del partido y la batalla interna para sustituir a Pedro Sánchez y depositar el liderazgo en manos de la dirigente y presidenta andaluza Susana Díaz. Cierto es que el principal foco del debate interno siguió centrado en los límites y condiciones marcados el 28 de diciembre para alcanzar un acuerdo de gobernabilidad con Podemos y los nacionalistas, y ya es sabido que para vencer las resistencias de Díaz y los presidentes autonómicos alineados con ella, Sánchez apeló a las bases del partido y anunció su decisión de someter a referendo interno cualquier acuerdo que pueda alcanzar “a derecha e izquierda”. Fue una jugada maestra: tapó la boca a los barones, a los consejeros de la vieja guardia y ganó tiempo.
Si en la metáfora orteguiana los árboles y el bosque son la misma cosa, aunque los árboles impidan ver el bosque, en el Comité Federal socialista ocurrió otro tanto. El bosque es el proceso congresual en el que Díaz ya ha informado a sus partidarios en Andalucía y a los secretarios generales de otras federaciones (también a algunos miembros de la Ejecutiva) que optará a la secretaría general para relevar a Sánchez. La batalla entre los árboles comenzó la noche del viernes, cuando la Ejecutiva intentó acordar la fecha del congreso con los responsables de organización de las federaciones. La reunión “entró en un bucle” del que no había manera de salir. Sánchez y su mano derecha, César Luena, proponían aplazar el congreso –que toca a finales de febrero– hasta el mes de junio, una vez resuelto el problema de la gobernabilidad. Pero los barones presionaban para convocar el cónclave en abril. Su perspectiva del bosque era distinta y no soltaban la motosierra.
¿A qué visión e intereses respondían los planteamientos de Díaz, Ximo Puig –que mantuvieron un largo encuentro en una cafetería cercana a la sede de Ferraz–, el asturiano Javier Fernández, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el castellano-manchego Emiliano García Page, quien por ser miembro de la Ejecutiva se abstiene de intervenir y discrepar de Sánchez ante el Comité Federal? Todos los consultados por este cronista coincidían en que el desbloqueo de la gobernabilidad vendrá dado por la convocatoria de unas nuevas elecciones generales. Ninguno cree que pueda haber un pacto duradero. No salen las cuentas, repetían calculadora en mano.
Los “matemáticos de lo imposible” dan por supuesto que a Pablo Iglesias, al que citan por sus dos nombres (Pablo Manuel) para diferenciarlo del Abuelo y fundador del PSOE, no le interesa pactar sino seguir fagocitando el voto socialista. Y aunque pudiera aceptar la condición previa de renunciar a la consulta en Cataluña, el acuerdo con Sánchez tampoco saldría adelante sin la abstención de los nacionalistas catalanes (ERC y DiL) o la “impensable” del PP. Y otro tanto sucedería si Sánchez y el dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, llegaran a alcanzar un pacto de investidura y de gobierno. La conclusión es clara: el desbloqueo solamente puede llegar de la convocatoria de nuevas elecciones, el escenario previsto y anunciado por el presidente en funciones, Mariano Rajoy, convencido de que le beneficia a él, a su partido y a la “estabilidad” de España.
Y con esta perspectiva del bosque, la batalla entre los árboles sobre la fecha congresual se convirtió en algo decisivo. El secretario de organización, Luena, dio por concluida la reunión la noche del viernes sin fijar fecha. Díaz reunió a sus huestes andaluzas la mañana del sábado en el patio de la sede de Ferraz y les anunció: “Listos para votar”. Luena cedió: “Vale, las primarias para elegir líder o lideresa el 8 de mayo” y el congreso el 21 y 22 del mismo mes. Para entonces ya se conocerá la solución al bloqueo: nuevas elecciones –o eso creen los adversarios de Sánchez– y quien ocupe la secretaria general del PSOE será candidato a la presidencia del Gobierno.
En Ferraz ya han comenzado a hacer cuentas. La presidenta andaluza, a la que llaman la sultana, ganaría ampliamente en su federación, la más potente y numerosa. “Tiene el 25% de las acciones de la empresa”, dice irónicamente un miembro de la Ejecutiva, quien añade que podría sumar el 60% del voto de los valencianos, el 50% en Madrid y más del 70% en Castilla-La Mancha y en Asturias. Pero dudan de que pueda ganar en las demás federaciones, donde Sánchez obtendría un resultado similar al de hace dos años. Aunque Sánchez, al que insisten en llamar Pedro el breve está dispuesto a la batalla, los partidarios de Díaz confían en que tenga la amabilidad de retirarse si fracasa en sus intento negociador con C’s, Podemos, IU y PNV para ser investido presidente y hay que ir a las elecciones.

CUARTO PODER

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