domingo, 13 de diciembre de 2015

POR UN PREMIO "RAFAEL DEL RIEGO A LAS LIBERTADES" PARA HILDA FARFANTE



Resultado de imagen de Hilda Farfante, el comercio
“Que mi voz suba a los montes, / que baje a la tierra y truene. / Eso pide mi garganta/ desde hoy y para siempre”. (Miguel Hernández).

Luis Arias

Leo en EL COMERCIO que Podemos propone a Hilda Farfante para el Premio a las Libertades “Rafael del Riego”. A este respecto, sólo cabe decir que resulta imposible estar en desacuerdo, teniendo en cuenta lo que esta ciudadana ejemplar y coherente representa, esto es, la lucha por la dignificación de la memoria de las víctimas del franquismo en general y de los maestros republicanos en particular. Como se sabe, Hilda es hija de dos maestros de la República que fueron asesinados en plena guerra civil a resultas de la profesión que desempeñaban. Maestros de la República a los que el inefable Pemán tildó en su momento de “envenenadores públicos”.
Las tropas franquistas detuvieron a su madre el 9 de septiembre de 1936 cuando iba a abrir la escuela de la que era directora en  un centro del concejo de Cangas del Narcea donde su padre ejercía también como maestro, al que fue apresaron al día siguiente, cuando fue a interesarse  por el paradero de su mujer. Ese mismo día les dieron muerte a los dos. La madre quedó enterrada en una cuneta, mientras que a su padre lo arrojaron por un barranco.
Hija de maestros republicanos, de la misma estirpe vocacional y republicana que Alejandro Casona, a pesar de haberse quedado sin padres a los cinco años, consiguió ejercer como maestra durante la dictadura. Y, pasados los años, en un acto de reivindicación de la memoria de las víctimas del franquismo, el grito de esta mujer, implorando dignidad, fue –y no hay exageración en lo que digo- una suerte de “yo acuso”, esta vez en pro de una justicia poética que no se hizo aún a pesar de que Franco lleva ya cuarenta años muerto.
El grito de Hilda Farfante, que concluyó con los versos de Miguel Hernández que encabezan este artículo, tuvo lugar en el pueblo natal de Casona, en Besullo, en 2001, y fue en un homenaje a la memoria de los maestros republicanos.
Su vinculación al occidente de Asturias es un motivo más para que el referido premio le sea concedido. Con ello, no sólo se reconocería una trayectoria ejemplar, sino que además se escenificaría una vez más el largo recorrido del occidente de Asturias en pro de la mejor Asturias y de la mejor España desde Rafael del Riego a esta parte. La mejor Asturias y la mejor España que apostaron siempre por la justicia y las libertades, lo que, inevitablemente, desembocó en que nuestras comarcas occidentales sigan formando parte de los principales viveros del republicanismo español.
¡Por favor, premien a Hilda Farfante, den solemnidad a su grito, pura justicia poética, pura justicia histórica!.

El Comercio DdA, XII/3155

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