Félix Población
A veces, el Partido Popular actúa
con inteligencia. Se podrá decir que la ausencia de Rajoy de los debates a
cuatro deja muy mal al presidente del Gobierno y candidato a La Moncloa por el
PP, pero su presencia hubiera sido peor. Sabemos que José María Aznar es
añorado por un sector de su partido, pero quienes deciden en Génova saben que
su presencia en los mítines sería contraproducente ahora, con el panorama que
se respira en Oriente Medio. Por eso el Partido Popular ha decidido que su
jarrón chino se quede en la trastienda.
No ocurre lo mismo con Felipe González,
que ha decidido asomarse a la campaña electoral de PSOE, convencidos Sánchez y
él de que sigue siendo útil. Lo quiso demostrar en el polideportivo de
Valdebernardo y para ello se centró en atacar a Podemos como principal rival de
su partido, visto el desastre protagonizado por el compañero Pedro en los dos
debates televisivos en que ha tenido que enfrentarse a Pablo Iglesias con inequívoca derrota.
No le
recomendaría a González un cara a cara con el líder de Podemos, vistos los pobres
y manidos argumentos esgrimidos en el aludido mitin, porque ha quedado en
evidencia -como por otra parte lo proclama la historia- que a cada tiempo le
corresponden unas voces, y la de González ha caducado hace mucho, tanto que
recurrir a su persona para una campaña electoral no solo denota a las claras la
crisis por la que pasa su partido, sino la incapacidad del mismo para
proyectar un programa político que sea mínimente creíble.
El Felipe González que citica a
Podemos y vuelve a insistir para ello en las relaciones de alguno de sus fundadores con la República Bolivariana de Venezuela es el mismo que no hace mucho comparó al presidente Maduro con Pinochet, ganándose las críticas de un sector de su partido, y el que en
Valdebernardo se colocó la medalla de creerse protagonista de la victoria de la
oposición en Venezuela. Esto último nunca hubiese ocurrido en el Chile del general
dictador por la sencilla razón de que la comparanza de González fue una gran infamia de tal magnitud como su desvergüenza.
En Venezuela, con la reciente victoria de la oposición política, acaba de ratificarse la evidencia del régimen democrático vigente en aquel país a lo largo de los últimos diecisiete años -según pudieron constatar los observadores internacionales en cada proceso electoral-, mientras que en el Chile de Pinochet sabe muy bien don Felipe lo que le ocurrió a la oposición tras el golpe de Estado de 1973.
En Venezuela, con la reciente victoria de la oposición política, acaba de ratificarse la evidencia del régimen democrático vigente en aquel país a lo largo de los últimos diecisiete años -según pudieron constatar los observadores internacionales en cada proceso electoral-, mientras que en el Chile de Pinochet sabe muy bien don Felipe lo que le ocurrió a la oposición tras el golpe de Estado de 1973.
+@Felipe González defiende una coalición PP/PSOE si el país lo necesita. O sea, que quienes nos han llevado hasta aquí, tengan prórroga para proseguir con su gloria.
Los verdaderos adversarios del partido fundado por Pablo Iglesias (PSOE)
no están en el partido fundado por Pablo Iglesias (Podemos).
DdA, XII/3151
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