Entre 46 millones de
habitantes, el agresor de Rajoy ha sido
alguien con lazos de parentesco con la familia del propio presidente y pertenece a una familia conocida por su afinidad
con el PP y que cuenta entre sus miembros con un imputado por
corrupción.
Paco Bello
De momento no podemos hacer nada, esto
funciona así. Los propietarios de los grandes medios cuidan de sus
inversiones, y los periodistas estrella vendieron su alma al diablo hace
tanto tiempo que a estas alturas ya son peores que sus amos. Ninguna
novedad.
Es por esto que así como sí se habían
buscado todo tipo de filiaciones en alguien que, recordemos, es menor, y
se apuntaban responsabilidades hacia personas e ideologías para
rentabilizar electoralmente que un chaval le diera un puñetazo a Mariano
Rajoy, se está ocultando en los informativos de las dos grandes cadenas
de televisión algo que sí tiene relevancia informativa, como lo es el
hecho de la existencia de lazos de parentesco entre el agresor y el
agredido. Y no solo eso.
La madre de Andrés V.F.,
María Fernández, es prima de Elvira Fernández, esposa de Mariano Rajoy
y, según informa La Voz de Galicia “ambas coincidieron estudiando en
Santiago, por lo que el impacto emocional de la agresión ha sido mayor”.
A su vez indica el Faro de Vigo que “se trata de una familia acomodada y
muy conocida del centro de Pontevedra. Incluso conocen bien al
presidente del Gobierno y a su familia, dado que residen en un mismo
entorno y tienen lazos familiares (…)”.
Por su parte, el Partido Popular ha
explicado que la familia del menor tiene un parentesco “no directo” con
la de su esposa, Elvira Fernández, aunque “nunca tuvieron relación”.
Esto último no parece cierto atendiendo a lo expresado por los medios
locales. Desde luego no sería noticia que desde el PP se mienta. Lo que
sería noticia es que no lo hicieran.
Por si fuera poco todo este guirigai en
el que se mezclan desmentidos y silencios atronadores, resulta que,
según asegura El Español, el joven que agredió a Rajoy “es hijo de
Manuel de Vicente Burgo, que ejerce como administrador de la Cámara de
Comercio de Pontevedra desde 1991.”, y que “declaró en junio como
imputado por fraude de subvenciones y falsedad documental”.
Tampoco parece casual, más allá de los
descarados silencios televisivos, que la medida cautelar adoptada por el
juez de guardia respecto al agresor, sobre el que no puede apreciarse
riesgo de fuga u otros condicionantes que recomienden tal rigor, sea la
de internamiento inmediato en régimen cerrado durante un periodo de seis
meses, máxime cuando deberá ser el juzgado de Menores, que es el que
tiene competencias en este caso, el que decida el tipo de medidas a
aplicar (algo que presumiblemente no ocurrirá antes del 20D).
Se diga lo que se diga en este país que
merece bautizar una nueva corriente artístico-religiosa a medio camino
entre el surrealismo y el esoterismo de Aleister Crowley… si era noticia
que un menor fuera de izquierdas o un hooligan, y los medios han
explotado esa veta hasta agotarla, no parece poco razonable pensar que
más motivo existe para considerar noticiable el que entre 46 millones de
habitantes, el que ha golpeado al presidente del Gobierno haya sido
alguien con lazos de parentesco con la familia del propio presidente, y
que por si fuera poco, pertenece a una familia conocida por su afinidad
con el PP y que cuenta entre sus miembros con un imputado por
corrupción.
Pero que cada cual decida. Especialmente el domingo, que es cuando de verdad se puede empezar a hacer algo.
Iniaciativa Debate DdA, XII/3160
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