"Libertad, igualdad y fraternidad"es un lema universal, y no ceñido a
nuestro mundo, el más cercano y prospero, que mira con displicencia al
resto de los mundos del mismo universo.
Fernando de Silva
Hoy
no es una noche para dormir, y sí para meditar. Lo que está ocurriendo
en París es de una enorme gravedad, puede que no haya hecho más que
empezar, y muestra nuestra extrema debilidad ante la guerra de
guerrillas, que hemos dado en llamar terrorismo. Y lo más terrible es
que será aprovechado por los extremistas de derechas para generar más
xenofobia, racismo y discriminación; y una buena excusa para limitar aún
más nuestras libertades ciudadanas. Hay muchos interesados en generar
miedo entre la población, para hacernos más dóciles, sumisos y
controlables, y se aprovecharán de lo ocurrido en nuestro país vecino.
El
yihadismo es una lacra que ha de exterminarse cuanto antes. Pero no
debemos olvidar que ha crecido de forma alarmante en los últimos años, y
en parte como consecuencia de nuestros propios errores. La guerra de
Irak fue uno de ellos, y el extremismo radical dentro del islamismo
creció como la espuma en un país en donde no existía. Recientemente Tony
Blair, uno de los máximos responsables de su invasión, ha reconocido el
gran error cometido, admitiendo que contribuyó al crecimiento del
yihadismo. Pero quienes emprendieron una guerra injusta, ilegal, y
basada en la gran mentira de las armas de destrucción masiva no han
pagado por sus errores, ni serán nunca juzgados por ello, porque son de
los "nuestros", a pesar de haber sido el desencadenante de una
inestabilidad que ha causado cientos de miles de muertos.
Lo
ocurrido en Paris nos estremece, y con motivo; y debemos de perseguir
sin piedad a los responsables de este abominable acto terrorista. Pero
no debemos de olvidar que este tipo actos se llevan repitiendo sin cesar
en otros paises, y no mostramos la misma sensibilidad. Sin ir más lejos
unas horas antes dos atentados terroristas suicidas en un barrio
chií de Beirut ocasionaban 40 muertos y más de 230 heridos; pero no ha
pasado de ser una noticia más, sin mayor trascendencia, como si
existiesen muertos de primera y muertos de segunda, clasificados en
razón a su origen, aunque sus autores tengan la misma procedencia.
Hoy
es una noche para pensar, y me gustaría creer que no hay diferencias
entre los seres humanos, y que la "libertad, igualdad y fraternidad",
que llevo horas escuchando sin cesar, es un lema universal, y no ceñido a
nuestro mundo, el más cercano y prospero, que mira con displicencia al
resto de los mundos del mismo universo.
DdA, XII/3130
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