Hollande bailando la Danza del Sable durante su visita oficial a Arabia saudí en diciembre de 2013
Robert Fisk
Traducido por Gabriela Fonseca
El
 país que le prestó su credo sunita wahabita a los asesinos del Isis en 
París no dará la más mínima importancia al hecho de que François 
Hollande sople y resople sobre la guerra. Arabia Saudita ya ha escuchado
 todo esto antes, todo lo del Nuevo Orden Mundial desde 1991, cuando 
George Bush padre soñaba con una expresión sub hitleriana de Medio 
Oriente en la que podría existir un oasis de paz, un lugar sin armas, y 
la riqueza que de ellas proviene, en que las espadas se convirtieran en 
arados, o al menos en buques petroleros más grandes y oleoductos más 
largos.
Los sauditas están demasiado ocupados haciendo volar en pedazos a 
Yemen en su enloquecida guerra contra los hutíes chiítas como para 
preocuparse de los locos sunitas wahabitas del Isis.
Su enemigo sigue siendo el nuevo mejor amigo de Estados Unidos, el 
Irán chiíta, y están tan empecinados como siempre en destronar al 
presidente alawita chiíta de Siria, aun si el Isis está en la primera 
fila de los enemigos de Bashar al Assad.
Arabia Saudita también sabe que la política exterior francesa ha 
favorecido el comercio tan fervientemente como alguna vez se opuso a un 
acuerdo nuclear con Irán, y miles de millones de dólares en armamento 
estadunidense seguirán fluyendo hacia el reino, a pesar de los nexos de 
este con el culto que destruyó 129 vidas en París.
Si alguien cree que Barack Obama va a disciplinar a la democracia 
teocrática de los árabes sauditas, debería echar un vistazo a la 
propuesta de vender armas estadunidenses por valor de mil 29 millones de
 dólares al rey Salman, de 79 años de edad, para darse cuenta de que a 
Washington no le interesa controlar la ferocidad del reino.
Riad ha dejado de bombardear al Isis en gran medida (¡sorpresa, 
sorpresa!), pero necesita armas desesperadamente después de quemar todos
 sus arsenales atacando a los yemeníes, hundidos en la pobreza. El 
contrato de venta de armas a Arabia Saudita ya fue aprobado por el 
Departamento de Estado estadunidense e incluye municiones de ataque 
directo fabricadas por la compañía Boeing y bombas guiadas por láser 
tipo Paveway, construidas por la firma Raytheon.
Los hutíes, huelga decir, aún controlan la mayor parte de Yemen, 
incluida la capital, Saná, pese a que es pura mitología de Riad la 
supuesta asistencia militar que el grupo yemenita recibió de Irán.
Grupos de defensa de los derechos humanos han acusado durante mucho 
tiempo a los sauditas de lanzar ataques aéreos y de asesinar 
indiscriminadamente a civiles. Según cifras de la Organización de 
Naciones Unidas, estas muertes ascienden a 2 mil 355. Cada una de estas 
vidas es tan preciosa como las 129 a las que se puso fin el pasado 
viernes.
Los estadunidenses y franceses presumiblemente querrían que los 
sauditas mataran a 2 mil 355 miembros del Isis, pero esto no sucederá. 
El Congreso estadunidense ya autorizó a Obama a vender otros 600 misiles
 antiaéreos Patriot PAC-3, lo que aporta 5 mil 400 millones de libras 
esterlinas a los bolsillos de Lockheed, a pesar de que los hutíes no 
tienen un solo avión.
Supuestamente estos misiles están destinados a proteger a los 
sauditas de un ataque aéreo iraní, que nadie en toda la región del Golfo
 cree que tendrá lugar.
En cuanto a las nuevas leyes de emergencia de Francia, ninguna de 
éstas afectará a los sauditas ni a ninguna otra nación árabe. En Medio 
Oriente, donde los dictadores locales, reyes y emires –casi en su 
totalidad 
aliados de Occidente– regularmente espían a sus ciudadanos, intervienen sus teléfonos y torturan a su pueblo, a nadie le importa si las nuevas leyes de Hollande restringen laegalité o la liberté de los franceses.
Para los sauditas, la 
batalla familiar entre el príncipe heredero, el ministro del Interior 
Mohammed bin Nayef, y el ministro de Defensa, Mohammed bin Salman bin 
Saud, de 30 años de edad y siguiente en la línea de sucesión, quien ha 
encabezado el bombardeo saudita a Yemen, es mucho más interesante que el
 futuro del EI.
Y algo que interesa mucho más a Francia son sus propios y lucrativos 
acuerdos de venta de armas con Arabia Saudita, donde Hollande aún tiene 
esperanzas, algo lastimeras, cabe agregar, de suplantar a Estados Unidos
 y al Reino Unido como un proveedor de armas del máximo nivel. Tal vez 
crea que está 
en guerra con Isis, pero los mentores espirituales del así llamado califato permanecerán intactos.
Gracias a: La Jornada
Fuente: http://www.independent.co.uk/voices/comment/francois-hollandes-war-with-isis-wont-stand-in-the-way-of-frances-arms-deals-with-saudi-arabia-a6738546.html
Fecha de publicación del artículo original: 18/11/2015
URL de esta página en Tlaxcala: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=16590
Fuente: http://www.independent.co.uk/voices/comment/francois-hollandes-war-with-isis-wont-stand-in-the-way-of-frances-arms-deals-with-saudi-arabia-a6738546.html
Fecha de publicación del artículo original: 18/11/2015
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PiensaChile DdA, XII/3135  
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