miércoles, 16 de septiembre de 2015

RAJOY/QUINTANA: HOMBRE PLASMA FRENTE A MUJER BOTOX


Rajoy_Ana_Rosa_Quintana
Rajoy y Ana Rosa Quintana pasean por los jardines de La Moncloa durante el reportaje-entrevista de Telecinco. / lamoncloa.gob.es
Javier Pérez de Albéniz

“El político es un ser humano, y aunque muchos no se lo crean tiene sentimientos”, confesó Mariano Rajoy a Ana Rosa Quintana mientras paseaban por Moncloa. Una frase estremecedora con la que el presidente del Gobierno desnudaba su alma ante la popular escritora, y presentadora televisiva, en una de las mayores exclusivas de los últimos tiempos: “Mariano Rajoy abre por primera vez las puertas de la Moncloa a Ana Rosa Quintana”, decía la promoción de las cadenas de Mediaset.
¿Es posible que el presidente del Gobierno abra las puertas de Moncloa por primera vez, milagro, y lo haga para el programa de Ana Rosa Quintana, reina del chismorreo matinal y el cotilleo desaforado? Pues sí, lo es. Muy bien podría el presidente haber dejado entrar a su residencia al equipo de “Informe Semanal” (TVE), televisión pública, pero ha preferido apostar por audiencias horteras pero millonarias: a semanas de las elecciones Mariano prefiere la cantidad en lugar de la calidad. Para no variar sus estrategias de gobierno. Para que veamos que rezuma humanidad, que es todo piel, que no todo es coche oficial y sobres B.
El programa no tiene desperdicio. Es un duelo de titanes mediáticos: Hombre plasma frente a mujer Botox. Superhéroes de barrio pijo. Una batalla equilibrada, puesto que Rajoy tiene de gran estadista exactamente lo mismo que Quintana de gran periodista. El resultado solo podía ser esperpéntico: “Como dices que no salgo (de Moncloa), te voy a invitar a una caña. Ahora tal”, dice Mariano. “¡Esto sí que es una exclusiva!”, advierte entusiasmada una Ana Rosa que transpira periodismo. Salen de la sede reformada con dinero negro de la calle Génova, Ana Rosa ni pío, y en un bar cercano se toman unos dobles con unas papas arrugás y unos boquerones en vinagre. “Que les vaya bien a todos los que nos están viendo en televisión… A España le va a ir mejor”, sentenció el presidente, cerveza en mano, a modo de despedida.
Captura del tuit de Rajoy tras la entrevista mantenida con Ana Rosa Quintana.
Captura del tuit de Mariano Rajoy tras la entrevista mantenida con Ana Rosa Quintana.

La política y el periodismo son, en demasiadas ocasiones, primos hermanos. El presidente del Gobierno, un tipo que vive enclaustrado, escondido en una burbuja que le protege de la realidad y de la prensa, decide salir a la luz de cara a las próximas elecciones. Un programa matinal de chismes del corazón, comadreo político y crímenes brutales, que emite la cadena generalista más cutre (Telecinco) se ofrece para seguirle el juego y hacerle un promo reportaje. Gracias a ese pacto de trileros sabemos que Rajoy tiene un perro, una profesora escocesa, un teléfono rojo que es negro, que se trata de usted con sus ministros, que no va ni al cine ni al teatro, que corre en una cinta… A esta pantomima, una burda representación teatral, unos le llaman política y otros periodismo. Solo es un cómic chungo visto del revés, un manga con personajes de plástico que se derriten al pisar la calle y recibir los rayos del sol.
Mientras Rajoy y Ana Rosa se despedían e intercambiaban las últimas sonrisas, piropos y caricias en el lomo, en la parte inferior de la pantalla se podía leer: “A continuación, el crimen de la peregrina y el doble asesinato de Cuenca”.

Cuarto Poder  DdA, XII/3081

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