Lo
fueron a buscar a su casa cuando salía de la mina. Hicieron falta cinco
hombres para esposarle (en realidad no hicieron falta, pero allí
estaban). No les importó que estuvieran
delante su mujer, su madre y sus cuatro hijos de entre 2 y 13 años. No
les importó nada. Se lo llevaron a rastras por el camino que va de
Tiraña a La Bahuga. Se lo llevaron con los ojos vendados y hasta le
quitaron los pantalones. Muerto de miedo se agazapó junto a otros
hombres cuando por fin lo dejaron en paz. Le dieron un disparo en la
pierna, un golpe con la culata de la escopeta en la cara y vivo lo
tiraron con otras 21 personas, también vivas, al fondo del Pozu Funeres
en la falda de Peñamayor. Todo ocurrió el 13 de abril de 1948. Hacía 11
años que en Asturias había acabado la Guerra Civil. Hacía 9 años que en
España había acabado la Guerra Civil. Allí sigue. Tenía 46 años y sus
hijos, de entre 68 y 79 años suben a verle todos los años, al menos una
vez.
DdA, XII/3082
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