Pedro Olalla
Desde Atenas
Desde el pasado sábado, los grandes medios informativos de toda
Europa recorren las calles de Atenas buscando desesperadamente la imagen
del caos. Sin lugar a dudas, si el gobierno griego hubiera firmado la
propuesta del Eurogrupo, todo sería NORMALIDAD. Y Grecia no saldría en
las portadas ni en los telediarios. Los bancos estarían abiertos y todo
sería NORMALIDAD: una deuda del 175% del PIB que sigue creciendo tras
dedicar 460.000 millones a su amortización e intereses, un 25% de
disminución del PIB en los años de los “rescates”, un 26% de paro (más
del 55% en el caso de los jóvenes), un 30% de empresas cerradas , un 38%
de reducción salarial media, un 45% de reducción de pensiones media,
300.000 jóvenes cualificados emigrando, 500.000 familias alimentadas
cada día en los comedores populares de la Iglesia, un 42% del aumento de
la mortalidad infantil, el mayor plan de privatizaciones del mundo, y
casi dos personas suicidándose al día durante los últimos cinco años.
Todo NORMAL. Y hay que decir que sí para que no nos cierren los bancos
(que seguimos recapitalizando con nuestras privaciones) y todo siga
siendo NORMAL.
La Unión Europea y el euro han dejado bien claro lo que son para
quien no se niegue a verlo: una construcción para convertir el poder “de
facto” de ciertas élites en un sólido poder “de iure”, sorteando
cualquier resistencia: los Estados tradicionales, la soberanía
nacional, la política como defensa del interés común, la propia
democracia, incluso los derechos y las necesidades básicas de las
personas. La Unión Europea y el euro son incompatibles con esto, y así
lo demuestran con su actitud. Por eso no quieren referéndum, quieren
sólo acatación. Es hora de que la sociedad griega –y la de los demás
países europeos– depongan su miedo infundido, asuman con valor todo el
riesgo que haya que asumir, y decidan de una vez si toman las riendas de
su propio destino o las dejan confiadamente en manos de sus dudosos
acreedores. Basta ya de NORMALIDAD. Digamos NO, asumiendo el riesgo.
DdA, XII/3016
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